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Ronaldinho se engancha a una bebida en la cárcel: "Está todo el día preparándola"

  • A Ronaldinho no le falta de nada en la cárcel... ni siquiera su bebida favorita

Ronaldinho es, para muchos, uno de los mejores futbolistas de la historia. Su clase dentro del campo siempre ha ido de la mano con su peculiar vida fuera. Tanto en su día por sus inolvidables fiestas como ahora, ya retirado, que se encuentra preso desde hace más de diez días en una cárcel de Paraguay por falsificación de documentos.

Cada poco nos llegan noticias sobre el astro brasileño. Hace no muchos días le vimos jugando un partidillo de fútbol con otros presos y, parece que ahora se ha enganchado a una bebida muy particular y no deja de prepararla entre rejas. Ronaldinho siempre encuentra la forma de divertirse, incluso en la cárcel.

La nueva vida de Ronaldinho entre rejas

El jefe del cuartel de dicha cárcel paraguaya, Blas Pérez, está revelando ocasionalmente lo que hace el crack carioca en su periodo de reclusión debido al delito que ha cometido.

Entre los secretos que ha desvelado Pérez, asegura que Ronaldinho se pasa el día tomando café junto a su hermano, también preso por las mismas causas. El jefe de cuartel asegura que se lo prepara él mismo. Quizás sea el secreto para que Dinho esté siempre tan activo.

Ronaldinho no está desinformado de todo lo que está ocurriendo en el mundo con el coronavirus. Pérez afirma también que se informa de todo por televisión y de que está igual de preocupado que todos. Por eso, en dicha prisión están restringidas las visitas y se toma las temperaturas a los trabajadores cada vez que entran y salen de su puesto laboral.

Se prepara su café, está informado de todo… Ronaldinho y su hermano comparten una celda especial para ellos dos, compuesta de camas, nevera, televisión y aire acondicionado.

El ex jugador del Barça no se priva tampoco de su pasión, que es jugar al fútbol, donde juega cada día con otros reclusos, y demuestra la calidad que tiene a pesar de llevar un tiempo retirado de los terrenos de juego.

Además, ahí sigue compitiendo por grandes premios. Los presos organizaron un torneo en el que el equipo que ganara se llevaría como recompensa un peculiar premio: un cerdo de 16 kilos. Todos querían jugar con él, ya que, por supuesto, su equipo se llevó la victoria. A pesar de que él tenía restringida la posibilidad de disparar a portería.

Eso le hace mantenerse ocupado. Y, además, como tiene tanto tiempo libre en la cárcel, le han surgido otras inquietudes, y se ha apuntado a un curso de carpintería.