Llegan malas noticias para el fútbol. La imagen del Estrella Roja de Belgrado celebrando su último título de liga da la vuelta al mundo y no por buenas connotaciones.
La celebración que ha tenido el equipo tras conseguir su nuevo trofeo sin ningún tipo de controlo es lo que ha hecho poner el grito en el cielo. En Serbia hasta ahora se han confirmado casi 12.000 casos.
Ya durante el encuentro no se respetaron las medidas en la celebraciones de lo goles con choques de mano y abrazos. Aquí no acababa todo, al final harían piña en el banquillo sin ningún tipo de distanciamiento social o medida sanitaria
Toda la plantilla al completo salieron abrazados a las puertas del estadio para festejarlo con los seguidores. Todo se salió de madre, no había distanciamiento y tampoco presencia de mascarillas, lo que sí hubo fueron bengalas.
Los deportistas en vez de mostrarse sorprendidos y ser conscientes de que son ejemplo para muchas personas, se unieron a los corrillos de los hinchas y juntos montaron la fiesta.
Este comportamiento es justo es ejemplo que se pone para explicar qué no hay que hacer en este momento con una pandemia que afecta a todo el mundo. Si algo han repetido hasta la saciedad las autoridades sanitarias es la importancia de la higiene y el distanciamiento social para combatir el Covid-19 y evitar la propagación del virus.
Estas imágenes contrastan con las del Salzburgo que también celebraron su título de liga, pero respetando totalmente los protocolos y normas. Sin abrazos y con señales en el suelo que marcan la posición de cada jugador para celebrarlo.
Es la cara y la cruz de la nueva normalidad. Afortunamente no será norma general que pase lo que ha sucedido en Belgrado, hay que ir acostumbrándose y normalizar festejos como los de equipo austriaco. Atrás quedarán, durante un tiempo, esas rúas que hacían que los aficionados salieran en masa a celebrarlo con los jugadores.