El Tata Martino ha hecho un balance de su carrera. Uno de los proyectos más ambiciosos fue cuando se sentó en el banquillo del FC Barcelona.
Fue anunciado por el club blaugrana el 23 de julio de 2013. Solo le hizo falta algo más de un mes para obtener su primer título: la Supercopa de España en una final disputada contra el Atlético.
Comenzó muy bien la competición liguera al ser el primer entrenador del Barça que no había perdido ninguno de los primeros 17 partidos. Se clasificó para la final de la Copa del Rey, pero el Real Madrid le ganó 2-1. Tampoco pudo pasar de cuartos de la final de la Champions y como colofón tampoco ganó el último partido de liga que le hubiera dado el título.
Todo esto hizo que su estancia en Barcelona, a pesar de los buenos inicios, fuera efímera y solo durara un año, de los dos que tenía de contrato.
Teniendo todo esto en cuenta, el argentino ha hablado sobre esta etapa. “Desde el lado de los resultados no fue un mal año. Ganamos un título (la Supercopa) y jugamos una final, pero en Barcelona lo que importa es cuántos títulos ganas. Sin embargo, yo digo que fue mi peor año porque mi aporte como entrenador iniciaba y terminaba con la gestión del equipo”.
No guarda muy buen recuerdo de lo que la prensa española decía sobre su juego y la aportación que él le quería dar al juego del equipo. “La velocidad iba a hacer al Barcelona más completo porque cuando hubiera lapsos de dominio del equipo rival, estaba bueno esto de retroceder y salir al espacio. Eso lo llevaron a cabo al año siguiente con Luis Enrique”.
Considera que la Copa del Rey tuvo bastante pesó a la hora de plantear su continuidad. “Hay cuestiones de que mi gestión tenía corta vida y para mí fue clave el clásico con el Real Madrid que ganamos por 2-1 en casa. El segundo gol lo hacemos corriendo al espacio y si el Barcelona corría al espacio era porque algo no terminó de cuadrar. Pero yo entendía que si algo podríamos agregarle al equipo era no negarle la posibilidad de correr”.
Al igual que se ha mojado a la hora de opinar sobre su peor momento profesional, también lo ha hecho para decir el mejor. Asegura que su paso por la Selección de Paraguay fue muy gratificante y a la que llevó a cuartos de final al mundial de Sudáfrica en 2010. “Lo que me dio la oportunidad de dirigir a Paraguay fue mi paso de cinco años en el fútbol local, en especial las semifinales de Copa Libertadores que conseguimos con Libertad en 2006. Me entusiasmó la calidad de futbolistas que podría tener”.