Dentro del atletismo, debido a la reiteración del ejercicio en sí, hay algunas lesiones que son más frecuentes que otra. Algunas de ellas muy molestas e incómodas, dificultan mucho la práctica y obligan a tomar reposo para la recuperación. Una de las más temidas es el tirón del poplíteo.
El poplíteo es un músculo de la pierna que se encuentra en la parte posterior de la rodilla, debajo del músculo gastrocnemio. Y es una de las partes que más se resienten entre los corredores, dando como resultado una de las lesiones más habituales en el mundo del running.
El músculo poplíteo, también conocido como hueco poplíteo, se encuentra inervado por el nervio ciático interno y por el tibial posterior. Su función principal es la de flexionar y rotar la pierna. Es un músculo pequeño, corto y en forma de triángulo. En el día a día no suele notarse demasiado, pero las sobrecargas derivadas del running puede que hayan provocado alguna lesión por sobrecarga, ya seas atleta profesional o aficionado.
Las funciones principales del hueco poplíteo son las de mantener la estabilidad de la rodilla. Durante una carrera, actúa como rotador de la rodilla en las fases de apoyo, regulando el movimiento y ayudando a prevenir lesiones de rodilla. Al permitir su flexión, cualquier tipo de lesión o distensión, impide la extensión completa de la rodilla, causando una molestia dolorosa e incómoda.
El principal motivo de las lesiones en el poplíteo es debido a la sobrecarga y a los impactos reiterados que sufren las piernas y, por consiguiente, las rodillas en una carrera. Esta tensión puede provocar una sobrecarga en el músculo, que puede provocar rigidez y falta de elasticidad, generando la inflamación del tendón. Una tendinitis dolorosa en la parte exterior con la que resultará difícil estirar la rodilla y, por supuesto, correr con normalidad.
Según estudios, los corredores de baja estatura son los más propensos a sufrir este tipo de lesión, ya que suelen tender a extender más la rodilla que los atletas más altos, por lo que la incidencia es mayor. Otra de las asociaciones es una pronación excesiva del pie, lo que puede derivar en dolores focalizados en el hueco poplíteo.
Si se ha producido esta lesión, algo habitual si hacéis running de forma asidua o competitiva, hay diversos tratamientos recomendados para minimizar el dolor, aunque lo imprescindible es visitar a un fisioterapeuta.
Tras el reposo indicado, el regreso a la competición y a los entrenamientos debe ser paulatino. Correr por terrenos llanos para que la zona no se resienta o empeore y cargas de ejercicios más reducidas en las que se disminuya tanto volumen como intensidad. El uso de rodillera también facilita una correcta y rápida recuperación de la zona afectada.