Hay comportamientos abusivos con las gimnastas en los entrenamientos y se han llegado a normalizar. Esta es la denuncia que han publicado las medallistas olímpicas por Gran Bretaña, Becky y Ellie Downie que, aunque reconocen tenían miedo a hablar, han concedido una entrevista a la BBC explicando la situación de las gimnastas.
“La obsesión por mi peso me ha dejado cicatrices que nunca se curarán. Finalmente he conseguido ser feliz con mi cuerpo fuera del gimnasio”, confesó Becky Downie. Por su parte, Ellie Downie aseguró que durante su carrera se ha sentido “avergonzada” por su peso y que aún sigue escondiendo la comida.
Las gimnastas han publicado en Twitter un comunicado en el que desvelan abusos que desgraciadamente se están normalizando: “No prima la salud y el bienestar de las atletas. Esto ha sido secundario para una cultura anticuada y cruel y muchas veces ineficaz en el entrenamiento de la gimnasia femenina”.
La BBC se puso en contacto con la Federación británica de gimnasia y el organismo aseguró que “garantizará que todas las personas tengan el canal correcto y adecuado para plantear cualquier problema” denunciando que este tipo de comportamientos “no tienen cabida en nuestro deporte”.
Desgraciadamente, este deporte también ha sido a menudo golpeado por abusos sexuales. En mayo de 2018 salió a la luz la denuncia de víctimas por parte de Fernando de Carvalho, extécnico del equipo olímpico de gimnasia.
Más mediático fue el caso de Larry Nassar. Un total de 141 mujeres acusaron al exmédico de gimnasia de Estados Unidos por abusos sexuales reiterados. “A todos los supervivientes que estáis ahí, no dejéis que nadie reescriba vuestra historia. Tu verdad sí importa. Tú sí importas. Tú no estás solo”, fue el mensaje que se lanzó en la gala de los Premios ESPYS en Los Ángeles hace dos años.
Otro caso reciente, pero a la inversa, la ha protagonizado el gimnasta canadiense Pellerin, acusado de presuntos delitos sexuales contra dos menores. El atleta, de 22 años, tuvo que pagar una fianza de 1.500 dólares después de que le arrestaran en su domicilio de Quebec.
El deportista canadiense tuvo que comparecer a través de videoconferencia y fue acusado de nueve cargos, entre ellos captar a un niño y hacer pornografía infantil,