Las agujetas son uno de los enemigos principales a la hora de hacer deporte. Nunca queremos que aparezcan, pero su llegada es irremediables tras sesiones de duro entrenamiento; o tras comenzar a practicar deporte tras mucho tiempo sin hacerlo. Hay quienes evitan hacer ejercicio o repetir en los días siguientes por las molestias que provocan. ¿Se puede seguir entrenando con agujetas?
Las agujetas son un ente con el que cualquier deportista tiene que lidiar. Hay varias formas de reducir sus molestias. Aunque el descanso es lo que mejor viene para que desaparezcan, eso también puede hacer que se pierdan las ganas de continuar haciendo deporte o que cuando volvamos a entrenar ese grupo muscular, el dolor vuelva a estar presente.
También hay quien dice que la mejor solución para las agujetas es no dejar de entrenar. Si las agujetas son de baja intensidad, podremos seguir entrenando a pesar de las molestias. Aunque puede que para ello debamos reducir la intensidad del ejercicio. Pero, el cuerpo o la zona afectada se acostumbrarán y, con la práctica, desaparecerán.
Es muy importante también realizar un calentamiento suave y más largo de lo normal si tenemos agujetas. El doble de lo habitual si es necesario para que el músculo vaya entrando el calor y pueda paliar el dolor. El estiramiento y la reducción de intensidad nos permitirán seguir habituando nuestro cuerpo al ejercicio incluso con el lastre de las agujetas presente.
También hay que tener en cuenta el tipo de ejercicio que realicemos. Si tenemos agujetas entrenando en el gimnasio, podemos, simplemente, trabajar otros grupos musculares. Teniendo molestias en los cuádriceps podemos entrenar el tronco superior para que la repercusión en la zona que incomoda la práctica de deporte sea menor. El descanso activo es la mejor solución para las agujetas.
Si sentimos que las agujetas son intensas, es mejor que evitemos hacer ejercicio en la zona afectada. Hay que tener en cuenta que este dolor son una especie de microroturas musculares en nuestro cuerpo que aparecen tras una fuerte sesión de ejercicio. En este aspecto, aunque se pueden realizar ejercicios de forma muy suave hasta que el dolor remita, lo mejor es intentar ejercitar otra parte de nuestro cuerpo.
Hay que tener en cuenta que, aunque entrenemos suavemente la zona afectada por las agujetas, puede ser engañoso. Al entrar en calor elevando la intensidad, el dolor desaparecerá por momentos, pero puede regresar con más fuerza una vez hayamos terminado la sesión. Si notamos que el dolor se incrementa, lo mejor es parar por completo.
Para evitar las agujetas o minimizarlas a largo plazo realizando ejercicio, una buena solución es incluir masajes o técnicas de fisioterapia de forma periódica como parte de nuestra rutina de entrenamiento; ayudará a mejorar la circulación sanguínea de la zona.
Si hacéis running es probable que la zona más afectada sean las piernas. Para poder correr incluso con esas molestias, siempre es posible tomar un antiinflamatorio o masajear la zona antes de entrenar. O realizar un entrenamiento cruzado; un día salir a correr y otro, por ejemplo, ir al gimnasio.
La respuesta general es que, salvo casos de dolor intenso, se puede hacer ejercicio incluso con agujetas, profundizando en el calentamiento, suavizando el ejercicio o entrenando un grupo muscular que no esté afectado.