Lawrence Stroll, máximo accionista de Aston Martin, es uno de los grandes responsables de que Fernando Alonso fichara el pasado verano por la escudería británica. Este empresario canadiense, cuya fortuna es una de las más grandes de toda Canadá, tiene una pasión que no muchos conocen: coleccionador automóviles fabricados por Ferrari.
Lawrence Stroll sueña con ver un día a su equipo ganar el Mundial de pilotos y el de Constructores, un sueño que va muy ligada a la pasión que tiene por el automovilismo desde que era joven. Antes de tener su propia escudería de Fórmula 1, el empresario canadiense contaba con una de las mayores colecciones de coches de Ferrari de todo el mundo.
El capo de Aston Martin es un loco de los Ferraris clásicos. En su envidiables garaje cuenta con modelos como el Ferrari 250 GTO - el automóvil más caro de la historia - un Ferrari 250 Testa Rossa, el Ferrari 250 GT California Spyder, el Ferrari 275 GTB/4 NART Spider, el Ferrari 330 P4, Ferrari 512 M y el Ferrari 288 GTO Evoluzione (uno de los modelos más exclusivos de la marca).
Pero la colección no acaba ahí y es que Lawrence Stroll también tiene los modelos Ferrari 308 GTS, el 288 GTO, el F40, el F50, el Enzo Ferrari y la todopoderosa LaFerrari, del que Fernando Alonso también tiene uno de los pocos modelos que se fabricaron. Además de estos coches de calle, en su particular museo también hay lugar para los siguientes modelos de competición: el Ferrari 333 SP, el Ferrari F40 GTE, el Ferrari 360 GT, el Ferrari 512 BB LM y los modelos FXX y FXXK.
A Lawrence Stroll no le gusta tener sus Ferrari en el museo cogiendo polvo si no que muchas veces acude con ellos a circuitos repartidos por todo el mundo para sentir en el cuerpo la adrenalina de las carreras.