Fernando Alonso no acaba de creerse a su propio equipo. Sí, suena extraño, pero después de los batacazos con Renault, Mclaren y Alpine, el piloto asturiano se resiste a admitir que tiene un monoplaza ganador. La Fórmula 1 viaja hasta Arabia Saudita en la segunda carrera de la temporada y el bicampeón del mundo ha puesto fecha para saber realmente cuál es el verdadero ritmo de Aston Martin y a qué puede aspirar en este Mundial.
"El coche dio muy buenas sensaciones en Baréin, y disfrutamos del fin de semana al conseguir nuestro primer podio de la temporada. Pero ahora nos hemos centrado en este fin de semana y en Yeda", afirma el bicampeón mundial español en declaraciones que difunde Aston Martin.
"Siendo realistas, creo que no será hasta después de Australia cuando sabremos mejor cuál es el rendimiento general, ya que para entonces habremos tenido tres fines de semana de carreras muy diferentes y en circuitos variados: Baréin, Arabia Saudí y Australia", explica.
"Seguimos con los pies en el suelo y hay que trabajar duro para mantener este comienzo e intentar conseguir otro buen resultado este fin de semana", subraya el asturiano. Alonso cree que el de Yeda "será un reto muy diferente, ya que es un circuito completamente distinto al de la primera carrera". "Pasamos dos semanas en Baréin y todos nos familiarizamos con el circuito y las condiciones, así que la curva de aprendizaje a partir de este viernes será mucho más pronunciada", agrega.
Hacía 13 años, desde su etapa en Ferrari, que Fernando Alonso no se veía ante la posibilidad de tener uno de los mejores monoplazas del campeonato. Al igual que ocurrió las dos veces que se proclamó campeón del mundo, 'Magic' no tenía el mejor coche de la parrilla, pero sí un monoplaza con el que convertirse en aspirante. Aunque, a día de hoy, es totalmente imposible viendo la endiablada superioridad que gastan los Red Bull.