Fernando Alonso está a solo unas semanas de arrancar un nuevo Mundial de la Fórmula 1 en su extensa carrera deportiva. El piloto asturiano se subirá por primera vez a su nuevo Aston Martin, monoplaza en el que tiene puestas muchas esperanzas. El bicampeón del mundo lleva toda la pretemporada entrenando duramente, tanto en la nieve como en el gimnasio, y ha sido precisamente su último entrenamiento el que ha dado la pista definitiva sobre cuál es su verdadera obsesión, su objetivo más ambicioso.
El piloto de Aston Martin ha compartido un vídeo con sus seguidores en el que aparece realizando un entrenamiento de reflejos con sensores que se van iluminando aleatoriamente. Lo más curioso es que Fernando Alonso toca los dispositivos 33 veces, justo el número de la que podría ser su siguiente victoria en la Fórmula 1.
Pese a que hace dos temporadas se subió con Alpine al podio en Qatar, Fernando Alonso lleva sin subirse a lo más alto desde 2013, cuando ganó su última carrera con Ferrari. Demasiados años para un animal competitivo como es el piloto asturiano. Ahora con Aston Martin, aunque conseguir el tercer mundial parece una utopía, la victoria 33 si puede tener más visos de realidad. En la escudería británica se está trabajando muy bien y tendrán un coche, no ganador, pero si competitivo, lo que unido a las buenas manos del de Oviedo y a una pizca de buena suerte - la que no tuvo con Alpine - podrían llevarle de nuevo hacia la victoria.
Si bien hemos visto a la mayoría de pilotos de la parrilla disfrutar de las vacaciones, no ha pasado un día en el que Fernando Alonso no haya compartido imágenes en el gimnasio o entrenando fuera y es que el ex de Alpine tiene muy claro que con el paso de los años, debe entrenar más para seguir dando guerra a los pilotos más jóvenes del 'Gran Circo'.