Max Verstappen sigue líder destacado del campeonato a más de 100 puntos de Charles Leclerc, pero en el Gran Premio de Singapur ha perdido su primer ‘match ball’ para llevarse el título.
Lo cierto es que el piloto holandés no tenía demasiado fácil dejar el campeonato matemáticamente cerrado en Marina Bay. Para ello necesitaba ganar y que Leclerc no mejora un noveno puesto o vencer con la vuelta rápida, que el monegasco no mejorase la octava plaza y 'Checo' no subiera al podio.
Si ya en un principio parecía difícil, las circunstancias no ayudaron para nada al de Red Bull. Verstappen no estaba destacando demasiado en la clasificación, pero cuando tuvo la oportunidad de mejorar sus tiempos en la Q3, desde el equipo austriaco le pidieron que abortara la vuelta y entrara en boxes.
Esto se debe a que estaba por debajo del límite de gasolina permitido y terminar la vuelta hubiera sido sinónimo de penalización. Además, en carrera el holandés no estuvo demasiado fino con una mala salida y un error hacia el final de la carrera que le obligó a volver a entrar a cambiar neumáticos.
Max sigue teniendo cinco carreras y una amplia ventaja sobre el segundo clasificado. En el próximo Gran Premio, celebrado en Suzuka, las condiciones para que el piloto de Red Bull se corone como campeón del mundo son bastante más asequibles.
Con que Verstappen gane y se lleve la vuelta rápida, independientemente de lo que hagan los demás pilotos, el título sería suyo. Si venciera sin la vuelta rápida y Leclerc terminara tercero o peor, también lograría ser bicampeón.