La vuelta de Odegaard tras su cesión a la Real Sociedad ha sido la única incorporación de un Real Madrid que ha apostado por una política de ahorro por orden de Florentino Pérez. La falta de fichajes y la salida de varios jugadores ha instaurado el nerviosismo entre los pesos pesados del vestuario, que temen que estas decisiones deportivas les acaben pasando factura.
En el vestuario del Real Madrid están totalmente comprometidos con la situación del club. Aceptaron de buena gana la rebaja salarial por el coronavirus, renunciaron a las primas económicas tras ganar la Supercopa de España y la Liga, y han vuelto con buenos ojos la política de ahorro del club que tiene como objetivo la llegada de Mbappé el próximo verano, que a la postre acabará repercutiendo en el equipo, haciéndolo más competitivo.
Pero todo ello no quita que haya cierto nerviosismo y preocupación entre los pesos pesados del vestuario del Real Madrid. Entre los capitanes existe cierto miedo a que la plantilla se haya quedado corta, que estas decisiones acaben pasando factura en los partidos más importantes de la temporada, sobre todo en los compromisos de Champions League.
Aunque no ha sido un mercado de fichajes demasiado boyante, los pesos pesados del conjunto blanco han visto como sus máximos rivales, tanto en Liga como en Champions, se han reforzado en mayor o menor medida. Aunque la llegada de Odegaard ilusiona dentro del vestuario, son conscientes de que puede que no sea suficiente para afrontar la parte más complicada de la temporada.
A la única llegada del centrocampista noruego, hay que añadirle las salidas de James Rodríguez, Gareth Bale, Achraf, Reguilón, Oscar Rodríguez, Mayoral, Brahim o Kubo. El fondo de armario fue precisamente uno de los detalles que decantó la Liga para el conjunto blanco tras el parón por el coronavirus.
Es por ello que los capitanes apoyaron a Mariano, Borja Mayoral y Luka Jovic cuando se rumoreó que ambos podían salir en busca de minutos. Finalmente, solo el delantero español ha termino abandonando el club.
El sentimiento dentro del vestuario no es otro que el de resignación. Saben que esta temporada tendrán que luchar con las armas que disponen, y no hay más. Además, confían que la vuelta de Eden Hazard marque un antes y un después y dote a la plantilla de mayor nivel. Irse líderes al parón por selecciones influyó en el optimismo de los capitanes, que pese a la falta de refuerzos, y a tener lesionado a su gran estrella, han conseguido dar el nivel en los primeros partidos de la temporada.