Ronald Koeman ya es historia en el banquillo del Barcelona. Tras ser despedido en el vuelo de regreso de Madrid a Barcelona, el entrenador dijo adiós esa misma noche uno a uno de sus jugadores y del staff técnico culé. Ya con el despido en la mano recogió de madrugada sus pertenencias en la Ciudad Deportiva culé.
El holandés, según su círculo más cercano, tiene una sensación entre el alivio y la decepción. No entiende algunas decisiones y falsas promesas de Joan Laporta aunque por el momento no quiere hablar en público.
Koeman aprovechará estos días para desconectar en familia. Tras unos últimos días de máxima tensión, marcados por el incidente con varios aficionados a la salida del Camp Nou, el holandés desconectará junto a su mujer Bartina y Tim, Ronald y Debbie, sus tres hijos.
La idea del entrenador es quedarse en Barcelona y jubilarse allí. Koeman ha confesado que no tiene intención ni ganas de asumir ningún reto más en el banquillo. Los que le conocen puntualizan que esa decisión puede cambiar por el tiempo al ser fruto de su decepción con el Barça.
Koeman tiene varias inversiones importantes en la Ciudad Condal. Es propietario de un importante piso en la lujosa zona de Pedralbes y acaba de comprar una torre en otra zona cotizada. Esta reforma le llevará bastante más de un año de obras y rehabilitación.
Bartina, con la que se casó en 1985, se siente muy a gusto en Barcelona, por lo que los planes de presente de la familia pasan por desconectar fuera de España pero quedarse en la vivienda actual. Koeman quiere ‘enfriar’ su salida por la puerta de atrás culé y después dar explicaciones.