El Barça viene de una mala racha y ante el Elche tenía la oportunidad de resarcirse. Contra el PSG y Cádiz salió con el mismo once, pero ante este partido sería distinto. Hasta cinco cambios con respecto el anterior metería en la alineación.
Lenglet con su error ante los cadistas quedó tocado y señalado. Esta vez el holandés preferiría meter en defensa junto a Piqué a Umtiti que no viene siendo protagonista esta temporada. Este no sería el cambio más sorprendente. Pjanic, Braithwaite y Trincao sustituirían a Busquets, Dembélé y Griezmann.
El que fuera jugador de la Juve no termina de encontrar su sitio en el campo, sus actuaciones hasta la fecha han pasado muy desapercibidas y Braithwaite, delantero centro, partiría desde la banda izquierda. Todos estos cambios de dibujo y de jugadores empiezan a cansar a la afición culé y no entienden que deje en la grada a futbolistas que son más extremos y jugarían en su posición como Konrad.
Ni al propio entrenador terminó gustando estos cambios porque tras pasar por vestuarios quitaba a Pjanic para que Dembélé entrara. Otros 45 minutos desaprovechados por el bosnio que no hizo buena la apuesta de su técnico.
Lo de Koeman hoy podría haber terminado peor de no ser porque Messi estuvo inspirado y en dos zarpados resolvió el encuentro. Juego plano y sin ritmo volvería a ser su seña de identidad. El argentino hizo dos goles y ya Jordi Alba sentenciaría el encuentro.
El holandés se la jugó con jugadores como De Jong que de haber recibido cartulina amarilla se hubiera perdido el próximo partido contra el Sevilla. Al final en el segundo tiempo volvería a su sistema habitual y todos los que había quedado en el banco volverían a saltar al césped para resolver la papeleta.