Si a alguien le ha venido bien el parón por selecciones ha sido a Josep María Bartomeu. La jornada de partidos internacionales ha permitido al presidente del Barça que el foco mediático se aleje de su persona durante unos días. Pero con la moción de censura, todavía muy presente.
Bartomeu no se ha tomado ni un día de descanso y ha seguido trabajando desde su despacho. El presidente azulgrana tiene muchos fuegos que apagar y se ha puesto manos a la obra. El primero, seguir con su idea de no dimitir. Pese a que parte de su entorno le ha aconsejado dar un paso atrás tras los últimos acontecimientos, 'Barto' sigue empeñado en agarrarse al cargo y terminar su mandato.
Pese a la presión de la moción de censura, la investigación por parte de la Guardia Civil sobre la veracidad de las firmas, ha dado al todavía presidente algo de crédito. La cuestión económica sigue siendo la mayor preocupación de Bartomeu que ya ha comunicado a Messi y al resto de jugadores que tendrán que volver a rebajarse el sueldo para mitigar las pérdidas económicas del club derivadas de la crisis del coronavirus.
El presidente azulgrana está aprovechando estos días para solventar algunos problemas deportivos. Bartomeu ha aprovechado para apalabrar la renovación de un Ter Stegen que tenía cierto malestar con la directiva en los últimos meses. Eso sí, Bartomeu le ha sido claro: tendrá que esperar. El guardameta alemán no podrá firmar su nuevo contrato hasta que la economía del club salga a flote.
Tras la expulsión de Lenglet, Araujo se ha convertido en protagonista. El joven central sudamericano gusta mucho a Koeman y para curarse en salud, el club ha subido su cláusula a 200 millones de euros, cumpliendo así la promesa que le hicieron para el día que subiera al primer equipo. Al que tampoco pierden de vista es a Jorge Mendes y Ansu Fati.
En la directiva azulgrana saben que les va a tocar rascarse el bolsillo con la renovación de la perla de la Masía. Tratar con el representante portugués no es tarea fácil y el Manchester United está muy pendiente por si las negociaciones se torcieran.
Muchas decisiones con la tranquilidad, al menos, de haber enterrado el hacha de guerra con Leo Messi, o al menos de momento. El jugador argentino prometió centrarse en lo deportivo y dejar a un lado sus indirectas continuas a Bartomeu, algo que ha dado un respiro, y gordo, al presidente del FC Barcelona.