El FC Barcelona consiguió la segunda victoria de la temporada en su visita a Balaídos (0-3) y acabó con la maldición del estadio gallego, donde no ganaba desde hace seis temporadas, gracias a los goles de Ansu Fati, Sergio Roberto y Olaza, en propia meta, en una acción eléctrica de Leo Messi, pese a que los culés tuvieran que sobreponerse a la expulsión de Clement Lenglet antes del descanso.
El equipo de Ronald Koeman está bien engrasado pese a llevar menos de un mes de preparación. Seis de seis puntos, siete goles a favor y ninguno en contra en dos jornadas. Este jueves, ante un Celta pegajoso e incómodo por las bandas, el Barça supo estar a la altura y cerró cualquier posibilidad de réplica en un conjunto olívico que sigue dependiendo en exceso de su capitán Iago Aspas. El duelo se resolvió al comienzo de cada parte.
En la primera, después de varias internadas de Emre Mor, midiéndose ambos equipos, los blaugranas golpearon con un tanto de Ansu Fati a los 11 minutos en una jugada que inició Coutinho. El joven delantero culé, a 30 días para ser mayor de edad, metió el exterior de su pie y batió a Villar con maestría. Se trata de su tercer gol en dos partidos esta temporada.
El Celta creció con la diana del joven ariete del Barça y dio un paso al frente, tanto en la presión como en la construcción más vertical con la presencia de los jóvenes Fontán -que tuvo que retirarse lesionado a la media hora- y Gabri Veiga, otro de los destacados por su descaro y capacidad de sobrepasar a los rivales. Los gallegos comenzaron a rondar la portería de Neto.
Aspas gozó la mejor ocasión, incluso desquició a un Piqué que iba a ser expulsado, pero el juez de línea invalidó la jugada y dejó el partido como estaba. Esta jugada llegó cinco minutos antes de la expulsión de Lenglet por doble amarilla. La segunda no tuvo excusa después de impactar con su brazo en la cara de Denis Suárez. Koeman quitó a Griezmann y metió a Araujo, que debutaba, para recomponer su esquema.
En el segundo acto, cuando el Celta debía seguir llevando la iniciativa, el Barça pisó el acelerador hasta el fondo merced a una genialidad de su capitán. Messi encaró a dos defensas, apuró el área y cuando sacó un centro con veneno apareció Olaza para meterse el cuero en su propia portería. El '10' lo celebró como acostumbraba antes del burofax y de sus ganas por salir corriendo este pasado verano.
Es más, el de Rosario pudo haber conseguido el tercero si un nuevo gol, tras un rechace de Coutinho que pegó en el poste, no hubiera estado en un milimétrico fuera de juego. El Barça se gustaba y el Celta sufría a la espera de algún cambio que refrescase el ideario de los celestes. Óscar tocó con la tecla, pero ya fue demasiado tarde.
Nolito, Santi Mina y Fran Beltrán dieron otro aire a un Celta que comenzó a probar a Neto con más ansiduidad. Los de Óscar lanzaron al larguero en un disparo de Olaza que hubiera cambiado por completo el decorado del encuentro, pero el marcador no se volvería a mover hasta el tiempo de prolongació.
El Barça aguantó bien a su rival y a la interminable lluvia que acompañó durante todo el encuentro para seguir fortaleciendo el proyecto de la 'era Koeman', e incluso cerró la victoria con un chut de Sergi Roberto que fusiló dentro del área con todo decidido. La jugada la comenzó, otra vez, un tal Leo Messi.