En 1985, Emilio Butragueño se convirtió en el primer jugador español que ganó el Trofeo Bravo, un galardón que se había empezado a entregar pocos años antes, en 1978, y que quería premiar al mejor futbolista menor de 21 años. Al principio solo podían recibirlo futbolistas que participaran en las competiciones de clubes de la UEFA, aunque a partir de 1992 se amplió a cualquier futbolista que jugara en cualquier liga europea.
Además de Butragueño, que lo ganó en dos ocasiones, este premio también recayó en grandes futbolistas como Guardiola, Van Basten, Maldini, Del Piero, Ronaldo o Casillas, entre muchos otros. Sin embargo, en 2015, el diario italiano Guerin Sportivo, que era quien lo organizaba, dejó de entregarlo por la pujanza de otro galardón: el Golden Boy.
Este premio se instituyó en el año 2003 promovido por otro periódico italiano, Tuttosport, y cada año premia al mejor jugador menor de 21 años después de una votación en la que participan 30 periodistas de toda Europa. Unos meses antes se anuncian los jugadores que optan al premio, que son los más votados por ese elenco de periodistas, y finalmente el premio se entrega en Turín en el mes de diciembre.
Recibir el premio Golden Boy es sinónimo de que se es uno de los grandes futbolistas de todo el mundo y de que el futuro no puede ser más prometedor. Solo echando un vistazo a la lista de premiados es posible hacerse una idea del nivel de los galardonados: Leo Messi, el Kun Agüero, Ces Fábregas, Paul Pogba, Isco o Mbappé, entre otros, han merecido este premio.
Sin embargo, no todos los premiados han confirmado luego las altísimas expectativas que habían creado en los primeros años de su carrera: jugadores como Anderson de Oliveira, por el que el United pagó más de 30 millones de euros, Alexandre Pato, reclutado por el Milan, Ballotelli, que no ha terminado de explotar en ningún equipo de Europa, o Renato Sanches, que pasó sin pena ni gloria por el Bayern Múnich, son los ejemplos más claros de que una cosa es ser un gran futbolista joven y otra muy distinta consolidarse en el mundo del fútbol.
El holandés Van der Vaart fue el primero en lograrlo en 2003, después de un gran año en el Ajax que le llevó a firmar por el Hamburgo primero y el Real Madrid después, aunque nunca llegó a explotar. A él le sucedió Wayne Rooney, uno de los mejores futbolistas que ha dado el Reino Unido en el último cuarto de siglo y que ha confirmado a lo largo de los años que era digno merecedor de ese premio.
Después llegó Leo Messi, del que está todo dicho y hecho: lo ha ganado todo a nivel personal y de clubes y solo se le resiste un gran título con Argentina. Algo similar le sucede al Kun Agüero, que ganó el premio en 2007 jugando en el Atlético de Madrid y fue traspasado después al Manchester City, convirtiéndose en el máximo goleador de la historia del club.
Entre medias conquistó este premio Cesc Fábregas y lo hizo en 2006 jugando en el Arsenal, antes de ser repescado por el Barcelona. Después llegaron varios 'pufos': Anderson, Pato y Balotelli, hasta que Mario Götze e Isco Alarcón volvieron a elevar el nivel del premio. Mención especial para el malagueño, que ganó el premio jugando en el equipo de su tierra.
Otros dos grandes jugadores sucedieron al de Arroyo de la Miel: Paul Pogba y Raheem Sterling. El primero se convirtió en el fichaje más caro de la historia de la Premier, después de que el Manchester United pagara a la Juventus 120 millones de euros. El segundo se hizo futbolista en el Liverpool, pero fue traspasado al Manchester City por casi 70 millones de euros, convirtiéndose en un fijo en los Citizens y en la selección inglesa. El que no terminó de explotar fue Martial, que ganó el premio en 2015, pero del que se espera aún mucho más en el United.
Después de otro 'fiasco', el de Renato Sanches en 2016, los últimos galardonados también tienen pedigree: Kylian Mbappé, Matthijs de Ligt y João Félix. El primero está en la órbita del Real Madrid desde hace años, pero su precio es prohibitivo. El segundo, Matthijs de Ligt, fichaba por la Juventus tras salirse en la cantera inagotable del Ájax; y Joao Félix se convirtió en el fichaje más caro en la historia del Atlético de Madrid, que apostó por él como en su día hizo con el Kun.
Pese a todo, que el trofeo Golden Boy haya recaído en el pasado en futbolistas de la talla de Messi, Agüero o Mbappé es más que suficiente como para confiar en los jugadores que reciban este premio en el futuro. Tendrán toda su carrera por delante para demostrar su categoría y ganarse el corazón de los aficionados de los equipos en los que jueguen.