Los aficionados del PSG han mostrado su descontento después de la derrota en el Santiago Bernabéu y la consecuente eliminación de la Champions League. A pesar de tener la Ligue 1 prácticamente ganada, con una ventaja de 15 puntos por encima del segundo, se han sucedido las protestas en el estadio, en las inmediaciones del mismo y en las redes sociales.
Esta mañana han aparecido pintadas en el Parque de los Príncipes señalando como culpables a la cúpula directiva: Leonardo y Al-Khelaifi. Con frases como “Fuera de nuestras tierras”, “París es nuestra” o “París no será catarí jamás”, sube la tensión entre grada y palco.
La primera manifestación de la grada en contra del rumbo que está llevando el club parisino la iniciaron los aficionados más radicales. Emitieron un comunicado en redes sociales donde alentaban a las protestas no violentas a todos los aficionados. Por otro lado, se señaló como culpable al presidente Nasser Al-Khelaifi, exigiendo “un proyecto deportivo real”. "No tenemos poca memoria. Sabemos lo que le debe nuestro regreso al presidente Nasser Al-Khelaïfi, no hay nada personal contra él, pero está claro que no es el hombre adecuado para esta situación", añadían.
Se le acusa también de no estar completamente centrado en las materias de la institución: "La situación del club ahora -prosigue el comunicado- requiere una completa reorganización a todos los niveles y la presencia diaria de su presidente"
Neymar y Leo MessiLeoMessi son los otros dos grandes señalados por este sector. En el último partido de liga frente al Bordeaux, se les insultó gravemente.
Los aficionados mostraron su absoluto rechazo al equipo en el partido que los enfrentaba al Bordeaux. Fuera del estadio, el autobús fue recibido en un silencio sepulcral. Dentro de él, los jugadores fueron recibidos con pitos, ante los que el club respondió subiendo la megafonía. Kylian Mbappé fue el único jugador “salvado” por sus fans, que lo aplaudieron cuando se anunció la alineación en los videomarcadores del Parque de los Príncipes.
A pesar de llevarse la victoria durante ese mismo partido, el ambiente general no fue de fiesta sino de infierno total para una afición que reclama más ambición y competitividad en Europa.