Sergio Ramos no podía jugar la vuelta de los octavos de final de la Champions. El defensa no se pudo recuperar a tiempo de su lesión para jugar contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, pero sí estuvo junto a sus compañeros en el vestuario y le tocó sufrir una noche de locura en el estadio blanco. Ramos se sentó detrás del banquillo, con el resto de cuerpo técnico y jugadores que no podían estar con Mauricio Pochettino a pie de campo.
Las cámaras de televisión estaban pendientes de Kylian Mbappé a su llegada al Santiago Bernabéu, pero también lo estaban del que fuera tantos años capitán del Real Madrid. El sevillano entró al estadio con el resto de sus compañeros e intentó estar cerca de ellos para transmitirles confianza, pero el ‘hat-trick’ de Benzema y el éxtasis del Bernabéu les pasó por encima.
Sergio Ramos se sentó detrás del banquillo del PSG y vio a Kylian Mbappé marcar el primer tanto del partido y poner contra las cuerdas al Real Madrid. El club parisino tuvo la eliminatoria en la mano, pero dejó escapar con vida a los de Carlo Ancelotti, y en 15 minutos de locura fueron noqueados con tres zarpazos de Benzema.
Al sevillano le tocó vivir de visitante lo que tantas veces vivió como capitán desde dentro. El Santiago Bernabéu entró en locura en una noche de Champions y remontó el gol inicial de Kylian Mbappé, que fue el mejor jugador del conjunto galo.
El PSG protestó mucho la actuación del árbitro y hasta Nasser Al Khelaifi intentó entrar en el vestuario del colegiado una vez terminado el partido. El presidente del club francés rompió el banderín de uno de los asistentes y a un empleado del Real Madrid que estaba grabando un ‘insider’ le dijo “te voy a matar”.