Antoine Griezmann no ha tenido un regreso fácil al Atleti. No se libró de la pitada en su redebut, pero nada mejor que hacer una actuación estelar en una noche de Champions contra un gran rival para que las gradas del Metropolitano pasen de pitar a aplaudir.
El equipo del Cholo a los 13 minutos iba perdiendo ante el Liverpool con dos goles. Fue ahí cuando el francés se puso el traje de faena y devolvió de nuevo las tablas en la contienda. Buenas conexiones con Lemar y Joao Félix hicieron que ‘El Principito' brillara.
El delantero rojiblanco recortó distancias con el primero tras desviar con acierto un disparo de Koke. Griezmann estaba enchufado y el Metropolitano comenzaba a ser consciente de ello. El murmullo dejó paso al silencio para llegar a los vítores y aplausos. Al término del primer tiempo pudo haber hecho el triplete, falló un mano a mano ante Alisson, pero con lo que tuvo más tino fue con el disparo cruzado con potencia para hacer el empate y devolver a su equipo a la casilla de salida.
Con esta buena actuación en apenas 45 minutos, el Metropolitano se olvidaba de la forma en la que se fue del Atlético de Madrid en el 2019 y por lo que continuamente ensuciaban su placa en el paseo de las leyendas en las inmediaciones del estadio. Esto dividió a los colchoneros cuando de nuevo fue fichado en el verano de 2021, pero todo esto quedó atrás. Griezmann ante el Liverpool firmó la paz.
En el segundo tiempo poco pudo deleitar a su afición. Corría el minuto 52 cuando el francés en una jugada involuntaria puso los tacos en la cara del rival. El colegiado no se lo pensó y le sacó la roja directa. Esto hizo que su equipo tuviera que jugar con uno menos durante 37 minutos.