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Benzema, con un hat-trick, acaba con los petrodólares del PSG: remontada y noche mágica en el Bernabéu

Cuando más difícil parecía, apareció el Real Madrid. Karim Benzema firmó tres goles en la segunda parte para mantener a los blancos con vida en Europa ante el Paris Saint Germain. Los franceses salieron enchufados y Mabppé dio un recital con un golazo y varias jugadas de futuro Balón de Oro.

El Bernabéu se quitó la anestesia de Mbappé y el Real Madrid espolvoreado por Benzema se vino arriba para sentenciar y enseñar a los ‘petrodólares’ la casilla de salida nuevamente de la Champions.

Hasta el momento del primer gol madridista todo era fiesta y alegría en el PSG. Había mandado en el césped y tácticamente. Y Mbappé había brillado como han hecho otras grandes figuras con el morbo añadido de que su futuro puede pasar por el Real Madrid, que le demostró que nunca se rinde y que por algo tiene en sus vitrinas trece coronas continentales, por noches y reacciones como esta.

Fue letal. Tuvo dos aproximaciones de entrada e incluso se le anuló un gol por fuera de juego de Nuno Gomes. A la tercera ya no perdonó y pareció sentenciar la eliminatoria pese a que el rey de Europa se negó a claudicar antes de tiempo y cuando encontró el gol de Karim Benzema soñó con completar la remontada.

La confrontación, al menos hasta el primer tanto, volvió a dejar claro que este París Saint Germain es superior, libra por libra, gramo por gramo, a este Real Madrid. Si presionaba era desbordado generalmente por la calidad de los pupilos de Mauricio Pochettino con Leo Messi como director de orquesta junto a Marco Verratti y con Neymar también como acompañante de lujo y si reculaba, otra vez le acababan llegando dentro del área. Si a eso se le añaden fallos importantes y pérdidas de balón, la situación tenía que caer por su propio peso.

Cuando era más difícil

La empresa, según avanzó el choque, se puso para el equipo de Carlo Ancelotti más que difícil. Tras un inicio fogoso, presionante y vivo del Real Madrid, el PSG se asentó. Mbappe empezó a parecer Usain Bolt por el verde del Bernabéu. Cada error en la marca o con el balón lo castigó milimétricamente. Avisó dos veces, el neerlandés Danny Makkelie le anuló un gol por fuera de juego del luso Nuno Gomes y a seis minutos del descanso una pérdida de Carvajal permitió a Neymar eviar al francés, que esta vez no falló ante Courtois.

Este gol encareció la eliminatoria al Real Madrid hasta límites cercanos a lo imposible, por el resultado y por las sensaciones que dejaban ambos equipos en el césped y sobre todo Mbappé. Pero apareció la magia. Ya sin Kroos ni Asensio en el campo y con Camavinga y Rodrygo recuperó vigor, pero sobre todo fe y esperanza con la presión y el gol de Benzema, que recibió a un Vinicius que tras cuajar un partido muy apagado apagó por desmelenarse, como todo su equipo.

Con media hora por delante, el Real Madrid creyó y el PSG desapareció. En dos minutos, entre el 76 y el 78, Benzema completó su triplete y la remontada. El cuadro de Pochettino, completamente desbordado, parecía otro. Como el Real Madrid. Ni la salida de Di María y los intentos postreros de Mbappe consiguieron forzar la prórroga. El Real Madrid, que estaba k.o. ante el que puede ser su futuro ídolo, había hecho lo que parecía casi una utopía.