El Barça ganó por la mínima en casa al Dinamo de Kiev (1-0). Fue Gerard Piqué el que desatascó al equipo en el minuto 36. Los de Koeman dominaron desde el inicio, pero sin claridad en los metros finales. El técnico que dio descanso a Ansu Fati le metió tras el descanso para dar vidilla al partido, pero sin éxito. Luuk de Jong por el que fue sustituido apenas tuvo incidencia en el ataque. El conjunto blaugrana, con un ritmo lento, consiguió superar a los ucranianos y salvar un partido vital para su futuro en la clasificación de la Champions.
El equipo de Ronald Koeman no estuvo fino, ni brillante, ni tan siquiera gozó de la tranquilidad a la que invitaba el rival, pero sí hinchó el globo merced a un gol de Piqué. Y de eso sabe un rato el central culé. El jugador catalán remató un centro de Jordi Alba como si fuese un '9' nato, acostumbrado a vivir en el área que no le corresponde.
Eso fue lo mejor de un Barça que dominó, generó ocasiones pero no pudo plasmarlo en el marcador. La noche siempre dejó la mosca detrás de la oreja, la renta era muy corta y los blaugranas se jugaban la vida en Europa. De Jong dio buena cuenta de ello con varios lanzamientos en la primera parte, uno de ellos rozó el palo.
El segundo lo detuvo el meta ucraniano con destreza e, instantes antes del gol, Serginho Dest también pidió la vez -agraciado por su cambio de posición-, y regaló un mano a mano ante Bushchan, preludio del único gol del partido, algo previsible por cómo estaban jugando los blaugranas en esa fase del encuentro.
Un centro de Jordi Alba, el enésimo del partido, acabó en el corazón del área para que Piqué, con el interior de su pie derecho, terminase estampando el cuero en el fondo de las mallas. Un gol reparador, el primero del Barça en esta Champions, y que calma las aguas antes de la visita del Real Madrid el próximo domingo.
En total, casi 200 minutos tardó el Barcelona en estrenarse en esta 'Champions', cifras nada habituales para el cinco veces campeón de Europa que, con mucho trabajo mediante, siguió cruzando los dedos en el segundo tiempo por no haber matado el envite. Cada falta lateral fue un suspiro para Koeman, que no tardó en mover el banquillo para ganar profundidad con Ansu Fati.
El joven internacional español pronto se dejó notar, aunque su primera intervención fue un intento de chilena que impidió rematar a Busquets, sólo en boca de gol, mientras que los pupilos de Mircea Lucescu -sin presencia en campo contrario- se acercaban muy de vez en cuando al área de Ter Stegen. Sólo un codazo de 'Busi' sobre Harmash fue reclamado por el Dinamo como penalti.
El árbitro ni tan siquiera consultó la acción en el VAR y los minutos fueron pasando sin pena ni gloria. Debutó en 'Champions' el 'Kun' Agüero, el gran ovacionado de la tarde -con otra pobre entrada en el Camp Nou- pero nada modificó este 1-0 que es vital para los culés, renacidos con estos tres puntos que le meten en la pelea por la clasificación para octavos.