El Madrid ha vuelto a conseguir lo que muchos consideraban un ‘imposible’. Era el minuto 89 y necesitaba dos goles para al menos forzar la prórroga y lo consiguió. Lo que también ha hecho que a pesar de ir abajo en la eliminatoria los aficionados o la mayoría de ellos no dejaran de creer porque fueron muy pocos los que abandonaron el estadio cuando iban perdiendo.
Salían del Bernabéu cabizbajos, pero fue escuchar los gritos de alegría cuando Rodrygo y todos se dieron la vuelta corriendo para atrás para volver a entrar al estadio porque sabían que con ese tanto era más que posible.
Pero el haberse ido antes tuvo consecuencias. Corrieron para los accesos, pero ahí se toparon con la autoridad del estadio. No les permitieron entrar por motivos de seguridad y tuvieron que ver la remontada blanca por el teléfono o atendiendo a los gritos de lo que se quedaron dentro.
El Real Madrid se ha clasificado para la decimoséptima final de la Copa de Europa/Champions League de su historia, la quinta en la última década, gracias al triunfo protagonizado frente al Manchester City (3-1) en el estadio Santiago Bernabéu.
El conjunto dirigido por Carlo Ancelotti vuelve a la final de su competición fetiche tan solo cuatro años después de su absoluto dominio a partir de la temporada 2013/14, donde precisamente se proclamó campeón continental con el técnico italiano en el banquillo.
La de París, el 28 de mayo en el estadio Saint-Dennis, será la número 17 para el club madrileño, que no ha perdido ninguna de las últimas siete finales, todas las que ha jugado desde que alzase la Séptima en Ámsterdam y pusiese fin a una sequía de 32 años en el 'Viejo Continente'.