Está a punto de dar comienzo una de las competiciones más seguidas del ciclismo. El Tour de Francia es algo a lo que todos los ciclistas aspiran. La UCI incrementa en estos días los controles para que no haya fraude de ningún tipo. Han revelado que revisarán las bicicletas antes y después de cada etapa para evitar fraudes tecnológicos.
Los controles de presencia de posibles sistemas de propulsión y acumulación de energía ocultos en los tubos y otros componentes de la bicicleta se realizarán con el uso de tabletas magnéticas, una cabina móvil de rayos X y dispositivos portátiles con tecnología de retrodispersión y transmisión.
Antes de cada una de las 21 etapas, un comisario técnico de la UCI controlará todas las bicicletas que se utilizarán mediante tabletas magnéticas, herramienta incorporada por la UCI en 2016 y que ahora contarán con un software que se actualizó recientemente.
Además, después de cada etapa, se realizarán controles a las bicicletas del ganador de la etapa, de los corredores con maillot de líder (amarillo, verde, lunares y blanco), de tres o cuatro ciclistas seleccionados al azar, y de participantes que susciten sospechas (por ejemplo, después del escaneo previo a la etapa, si existe número anormalmente alto de cambios de bicicleta u otros incidentes recogidos por el Comisario de Video de la UCI).
Estos controles posteriores se llevarán a cabo utilizando la tecnología móvil de rayos X (introducida por la UCI en 2018) o con tecnologías de transmisión y retrodispersión. Si es necesario, se desmontará la bicicleta en cuestión.
El comunicado explicó que la tecnología móvil de rayos X proporciona una imagen de alta resolución de una bicicleta completa en solo cinco minutos. Mientras tanto, la tecnología de retrodispersión y transmisión proporciona imágenes instantáneas de alta resolución del interior de las secciones examinadas que pueden transmitirse, de forma remota, directamente a los Comisarios de la UCI.
En la pasada edición del Tour de Francia, se realizaron un total de 1.008 controles de bicicletas y no se detectó ningún caso de fraude tecnológico. Aún así, la UCI insistió en que "se toma muy enserio" este asunto. "Nuestra gama de herramientas para luchar contra cualquier forma de engaño nos permite realizar controles rápidos y efectivos. Esto es esencial para garantizar que las competiciones de ciclismo sean justas y para proteger la integridad del deporte y sus deportistas", señaló Michael Rogers, jefe de Carreteras e Innovación de la UCI.