La dieta del arroz ha comenzado a popularizarse en los últimos tiempos como una manera de perder peso de manera rápida y en un breve espacio de tiempo. Pero, aunque no lleva mucho instalada entre nosotros, lo cierto es que su origen es bastante anterior.
De hecho, fue desarrollada por primera vez en 1939 por el investigador médico Walter Kempner, de la Universidad de Duke (Estados Unidos), y se basa en su observación de que las personas de todo el mundo que consumen arroz como fuente principal de alimentos tienden a tener menos problemas de obesidad, hipertensión, enfermedades cardíacas y diabetes.
Décadas después, en 2006, la publicación del libro 'The Rice Diet Solution' volvió a ponerla de moda ante su promesa de permitir adelgazar en poco tiempo.
A pesar de su nombre, no hay que asustarse: no se trata de un plan de alimentación en la que únicamente comes arroz. Perderás peso reduciendo las calorías, el sodio, las grasas, el azúcar y las proteínas, según el plan, que también dice que "limpiará y desintoxicará tu cuerpo" sin hacerte sentir hambre.
Esta dieta promete que las mujeres pueden perder, de media, hasta 10 kilos en un mes y los hombres, incluso 13. Pero esto no solo se consigue variando tu menú alimenticio, sino que también, para mejores resultados, se recomienda el ejercicio, llevar un diario de comidas, y la meditación para ayudar a lograr el equilibrio y manejar el estrés: "Es un programa físico, emocional y espiritual que cambiará tu forma de vida", según reza el propio libro.
Centrándonos en la propia dieta del arroz, el plan es bastante restrictivo. Incluye frutas y vegetales frescos, granos enteros, frijoles bajos en sal y otras proteínas magras. Todos los días, recibes porciones de almidón, productos lácteos sin grasa, frutas y verduras.
Existen dos versiones de esta dieta para adelgazar, dependiendo del peso que quieras perder y lo rápido que quieras deshacerte del mismo, porque, como te decimos, no se trata de un cambio de estilo alimenticio, sino una dieta de choque para perder peso de manera puntual.
La primera, que dura nueve días, se compone de una fase de desintoxicación y una fase de mantenimiento. Durante los primeros 3 días hay un proceso de desintoxicación del cuerpo, donde la ingesta calórica diaria no puede exceder las 800 calorías. La alimentación debe estar compuesta de arroz, preferiblemente integral, con aceite de oliva virgen extra crudo, verduras (crudas, cocidas o al vapor) y fruta de temporada: todo ello durante el desayuno, el almuerzo y la cena.
La segunda fase es más flexible, amplía la lista de alimentos que podemos consumir, y recomienda ir incluyendo carnes blancas o pescado, así como legumbres y un mayor número de verduras. Además, la ingesta de calorías será mayor, llegando hasta las 1.200.
Una vez finalizados los días de dieta, corres el peligro del temido efecto rebote y de recuperar todo el peso perdido si regresas a los mismos hábitos que tenías antes de hacerla. Así, esta dieta ha de servirte para, posteriormente, cambiar a una alimentación más saludable en general y aumentar la práctica del ejercicio físico.
Existe una versión más radical, que eleva los rangos de tiempo a un mes y con dos fases de quince días cada una siguiendo los mismos preceptos que la "versión normal". No te la recomendamos a no ser que tengas un problema grave de obesidad y, aun así, de querer hacerla, no obstante, consulta con tu especialista médico para que te aconseje.
Los expertos en nutrición están de acuerdo en que los principios de bajo contenido en sal y grasa y alto contenido en fibra en los que se basa la dieta del arroz pueden mejorar la presión arterial y reducir el riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas.
Reducir la sal y los alimentos procesados (y decir adiós al alcohol), al mismo tiempo que se obtienen la mayoría de las calorías de los carbohidratos, puede ser una buena estrategia a corto plazo. Los resultados están asegurados, la dieta funciona porque perderás peso en general, con una sensación mayor de ligereza y menos fatiga.
Pero, a largo plazo, la dieta del arroz no proporciona suficientes calorías o proteínas para que la mayoría de la gente pueda ser capaz de mantenerla, provocando pérdida de masa muscular y sensación constante de hambre entre las personas que la sigan.
Al mismo tiempo, los alimentos del plan no te proporcionan suficiente calcio y vitamina D, por lo que se necesitarán suplementos para no correr el riesgo de que el buen funcionamiento del organismo se vea afectado.
En resumen, si decides adoptar la dieta del arroz como una estrategia temporal para perder peso y desintoxicar tu organismo, aunque es una dieta dura de seguir, puede ser una buena idea. No obstante, mantenerla a largo plazo o convertirla en un hábito puede acarrear problemas a tu organismo, pues haces frente a un déficit de proteínas, calcio y una serie de vitaminas.