La NBA está a punto de ser cancelada. Los jugadores tuvieron una tensa reunión en la que todos votaron para decidir qué hacer con la temporada. Los Bucks fueron los primeros que se negaron a jugar en la jornada de este miércoles, porque como señalaron en un comunicado, no se había adoptado ninguna decisión contra los abusos de la policía contra afroamericanos, tras el último tiroteo a Jacob Blake en Wisconsin, y están hartos de que todo lo que sucede en Estados Unidos en el día a día.
La jornada comenzó con sorpresa en la 'burbuja de Orlando' cuando los Bucks no saltaron a la pista. Su rival calentaba con normalidad, pero el conjunto de Miklwaukee seguían en el vestuario. A falta de cuatro minutos para la disputa del choque, los jugadores de los Magic decidieron ingresar en la caseta ante la ausencia de rival.
"La NBA y la Asociación de Jugadores ha decidido hoy -a raíz de los acontecimientos sucedidos en el Milwaukee Bucks-Orlando Magic- posponer los tres encuentros que iban a celebrarse: Houston Rockets-Oklahoma City Thunder y Los Angeles Lakers-Portland Trail Blazers. El quinto partido de cada serie será reprogramado", indicó la organización en un comunicado.
El mítico ex jugador de la NBA y ahroa comentarista de televisión, Kenny Smith, quiso ponerse del lado de los jugadores y abandonó en pleno directo el plató de televisión para mostrar su apoyo a lo que están haciendo en la jornada de la NBA.
Por su parte, los Bucks reivindicaron su ausencia a través de estas palabras: "Es un gran desafío tener una apreciación y un deseo de querer un cambio. Querer algo diferente y mejor en Kenosha, Milwaukee y Wisconsin y luego salir a jugar", justificaron su ausencia.
Esta protesta llega para pedir la "justicia racial" que demanda el equipo en palabras de su entrenador. Las protestas comenzaron en Estados Unidos después de que el domingo circulara en las redes sociales el vídeo en el que se ve como un ciudadano, de 29 años, Jacob Blake, recibe siete disparos a corta distancia por parte de un agente de Policía.
El abogado Ben Crump, que representa a Blake, ha señalado que éste continúa ingresado en cuidados intensivos y que necesitará someterse a más operaciones. Los disparos contra Blake, de 29 años, que se encontraba frente a sus tres hijos cuando se produjo el incidente, han provocado una nueva ola de manifestaciones en ciudades de todo el país.
El caso se produce en un momento en que aún no habían remitido las protestas por el asesinato de George Floyd a manos de la Policía el pasado 25 de mayo.