Los epidemiólogos se muestran divididos, cautos pero los psicólogos advierten de las secuelas de estar tanto tiempo encerrado especialmente en casas pequeñas. Un ejemplo es el de Elena a la que le esperan en casa sus tres hijos. Entre ellos un bebé de un mes al que todavía no le ha dado la luz del sol y otra de 14 meses que hado sus primeros pasos en la cuarentena.
Por eso, padres como ella piden que los niños puedan salir a la calle. También Comunidades Autónomas como Cataluña, con un plan sobre la mesa, País Vasco o partidos como Ciudadanos pero fundamentalmente los psicólogos. Ellos han empezado a detectar estrés, falta de apetito, alteración del sueño, ansiedad o frustración en los más pequeños.
Esta situación se ceba con algunos colectivos más que otros. Aquí podemos hablar de sesgo social cuando las condiciones de habitabilidad son extremas. España es el único país europeo que mantiene todavía confinados a los más pequeños.
En países como Italia, Francia o Alemania lo permiten ya siempre que sea acompañado un progenitor cerca del domicilio, con límite de tiempo y con distancia social. Sin embargo, otros profesionales piden prudencia. Mientras, los más pequeños se entretienen y se divierten en casa.