Las elecciones generales del domingo 23 de julio, con el recuento casi terminado, escrutado el 99,69%, da la victoria al PP con un apoyo del 33% y 136 diputados, superando por 300.000 votos al PSOE, que obtiene un 31,7% y 122 escaños. En la tercera plaza repite Vox, ahora con un 12,39% y 33 diputados, superando a Sumar, que se queda con un 12,31% y 31 escaños.
Los bloques han quedado muy definidos en el Congreso, con 169 escaños para PP y Vox y 153 para PSOE más Sumar, y ninguno de los dos polos llega a la mayoría absoluta, con lo que la llave la tienen las formaciones de ámbito territorial.
Los partidos nacionalistas e independentistas de Cataluña, País Vasco y Galicia tendrán en la nueva legislatura menor representación en el Congreso de los Diputados al perder nueve escaños (de 35 a 26), aunque continuarán siendo imprescindibles para que la izquierda se mantenga en el Palacio de la Moncloa, al depender PSOE y Sumar de sus apoyos en la investidura para revalidar el Gobierno de coalición de los últimos cuatro años de Pedro Sánchez con Unidas Podemos.
Después de estas elecciones, ERC dejará de ser la fuerza independentista con más escaños, al haber empatado a 7, frente a los 13 que obtuvo en 2019, con Junts per Catalunya (JxCat).
Esquerra lo que sí sigue es como primera fuerza independentista en votos en Cataluña, con 462.000 (412.000 menos), por los 392.000 de Junts, que se deja en el camino un diputado y 137.000 sufragios.
De esta forma, los independentistas catalanes ven reducida su presencia en la Cámara Baja, ya que de los 23 diputados de 2019 pasan ahora a 14. Entre ellos quedan atrás dos de la CUP, que sale del Congreso tras irrumpir por primera vez en las anteriores generales.
Y la pérdida de votos y de escaños se refleja por tanto en el porcentaje de respaldo a los tres partidos favorables a la independencia de Cataluña, que del 42,6% de 2019 descienden al 27,1%.
En el País Vasco, el PNV desciende de 6 a 5 diputados con 275.000 votos, mientras que EH Bildu incrementa en uno, de 4 a 5 y 274.000 sufragios, lo que al sumar el que consigue retener en Navarra le permite darle el 'sorpasso', como ya hizo en las generales de 2011.
Para el PNV, que sí supera en unos 100.000 votos a la formación abertzale', el coste electoral es de alrededor de 103.000 sufragios menos en Euskadi, donde las urnas han deparado 53.000 apoyos más para Bildu, que en Navarra también recibe 2.000 papeletas más.
Tanto en Cataluña como en el País Vasco se da la circunstancia de que el PSOE arrebata la primera posición a los nacionalistas, puesto que el PNV y Esquerra cosecharon la victoria en noviembre de 2019.
Y en Galicia, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) sube 31.000 votos, hasta los 151.000, aunque la mejora no se traduce en mayor representación parlamentaria y seguirá con un diputado en Madrid.
Con estos resultados, los nacionalistas e independentistas catalanes, vascos y gallegos retroceden en escaños, un número que no había parado de aumentar desde 2016, cuando lograron 24. El suelo del nacionalismo se tocó en 2008, año en el que no pasaron de 22.
Pese al retroceso en escaños, los partidos nacionalistas e independentistas tienen la llave para que PSOE (122 escaños) y Sumar (31) puedan reeditar el Gobierno de coalición, al estar la mayoría absoluta del Congreso fijada en 176 diputados. De incorporar a ERC, Junts, Bildu, PNV y BNG, la investidura podría contar con 179 apoyos.