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Argelia da marcha atrás en sus represalias hacia España, las cuales hasta este viernes incluían la congelación de operaciones comerciales, en concreto las domiciliaciones bancarias. La Unión Europea (UE) alzó la voz y el Gobierno argelino reaccionó de inmediato desmintiéndose a sí mismo.
No obstante, fuentes comunitarias y cercanas al Ejecutivo español mantienen la cautela. De momento, parece claro que el comisario europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis, parece que impone más que el Gobierno de Pedro Sánchez en solitario.
La periodista Mirentxu Arroqui explica que Bruselas tiene competencias exclusivas sobre política comercial y esto significa que "la Comisión Europea, en nombre de todos los países que la componen, tiene el poder de imponer represalias comerciales a Argelia si al final no rectifica su posición respecto a España".
Estos castigos supondrían incrementos en los aranceles a ciertos productos o incluso el bloqueo de todas las transacciones.
Ahora mismo, la Unión Europea es el principal socio comercial con el país norteafricano, con casi el 50% de los intercambios comerciales.
Argelia recula tras el tirón de orejas de Bruselas pero, aunque no nos cierre el grifo, el mercado da por hecho que se avecina una subida del precio del gas que viene de ese país. "Lo que esperamos es que haya un notable incremento de precios en ese gas que viene por gasoducto", afirma Jorge Morales de Labra, director de Próxima Energía.
Argel ha pasado de suministrarnos casi la mitad del gas que consumimos en España (un 45%) a surtir la cuarta parte, un 26% en el último mes, tras las tensiones y el cierre de uno de los gasoductos que nos conectaban.
Estados Unidos es el gran beneficiado, convirtiéndose en nuestro principal suministrador con el 35% del gas. Sin embargo, como el gigante norteamericano lo envía por barco, resulta más caro.
"Si el 25% del gas nos cuesta de repente, como mínimo, el doble de caro, al final tendríamos gas más caro, precios más caros de la electricidad, precios más caros de las calefacciones y precios más caros de la industria que necesita el gas para operar", señala Antonio Picazo, CEO de Gana Energía.
"No creo que lo vaya a subir hasta tal punto de que España vaya a dejar de comprarle gas", apunta Morales de Labra, añadiendo que "el límite en la práctica es el precio internacional". También resalta que tiene mucho rango de aumento porque "por el registro de aduanas, sabemos que el precio actual del contrato es notablemente inferior al precio internacional".
Parte del gas será más caro, previsiblemente, pero el suministro no corre peligro. "Tenemos ya los almacenes por encima del 80%, objetivo que se tiene normalmente en noviembre", dice Morales. Por lo tanto, "estamos en estos momentos sobrados de gas y no esperamos ningún problema de suministro en España durante el invierno".
Hoy por hoy, ante nuestra dependencia energética, los expertos sólo ven viables medidas intervencionistas. Aunque, a medio y largo plazo, insisten en la necesidad de una mayor implantación de renovables para reducir esa dependencia con países terceros.