La primera votación de la investidura ha fracasado. En este intento Pedro Sánchez necesitaba mayoría absoluta y no la tiene. La segunda votación será el martes, y en ese intento solo necesita más síes que noes. Las cuentas le salen pero la investidura pende de un hilo. Ahora Sánchez tiene el apoyo del PSOE, Unidas Podemos, el PNV, Más país, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe y el BNG. En total, 167 votos.
Contra él votarán el PP, Vox, Ciudadanos, Junts per Cataluña, la CUP, Navarra Suma, Foro Asturias, el Partido Regionalista de Cantabria y Coalición Canaria. En total, 165 votos. Si Esquerra y Bildu se abstienen, Sánchez será presidente pero si un solo diputado cambia su voto, la investidura fracasará. Por eso en todas partes resuena hoy la misma palabra. El 'tamayazo', es decir, la posibilidad de que un diputado cambie a última hora su voto, es la esperanza de la derecha.
El PSOE responde así a esos intentos y Sánchez anima a sus diputados a aguantar la presión. La presión es sobre los socialistas y sobre sus aliados. Lo denunció ayer Teruel Existe. Los socialistas temen que esas presiones den resultado y haya cambios inesperados como el de ayer. Coalición Canaria había decidido abstenerse, pero ayer su portavoz, Ana Oramas, anunció por su cuenta que cambiaba el voto. Coalición Canaria ya ha dicho que le abrirá un expediente pero ese cambio tensiona aún más la investidura.
Los diputados ya se han ido a disfrutar de los Reyes Magos pero el martes se verán otra vez aquí en una votación de infarto.