La historia y personajes que cautivaron a toda una generación regresan 23 años después con un lavado de cara que no solo les ha ayudado a tener un aspecto mucho menos poligonal, sino que ha sacudido los cimientos de la obra y la ha cambiado por completo. Square Enix ha expandido en gran medida cada uno de los apartados de Final Fantasy VII para traernos un remake que supera nuestras expectativas. Se trata de una gran reimaginación que roza la perfección y que se queda a las puertas de un 10 por determinados detalles que nos hubiera gustado ver ejecutados de otra forma. A continuación os lo detallamos todo, pero ya podemos avanzar que tras acabar con unas 35 horas de juego, nos hemos quedado con ganas de más y no estamos del todo preparados para esperar los años que quedan por delante hasta la siguiente parte de la aventura.
El remake que nos ocupa ha dividido la historia original en varias partes. Por ello, esta primera tan solo abarca un tercio (aproximadamente) de la trama clásica. El miedo que teníamos muchos al escuchar acerca de esta decisión era que Square Enix alargara artificialmente los eventos del argumento para llegar a las más de 30 horas que dura este título. Podemos asegurar que, salvo alguna misión que sí se siente algo larga y se hace ligeramente pesada, desde el equipo de Tetsuya Nomura han hecho un gran trabajo para mantener la esencia del original y los momentos clave y aun así expandir en gran medida en universo del juego.
A modo de resumen, recordamos que Final Fantasy VII está protagonizado por Cloud, un ex -Soldado de primera clase cuyo pasado es todo un misterio, incluso para él mismo. La aventura arranca con su llegada a la ciudad de Midgar junto a Avalancha, un grupo ecologista radical que se propone volar por los aires un reactor de Mako para darle una lección a Shinra. Se trata de una corporación ambiciosa y malvada que no dudará en jugar sucio si así cumplen sus objetivos.
A lo largo de las aproximadamente 35 horas de juego, conoceremos a (o nos reencontraremos con) personajes tan emblemáticos como Barret, Jessie, Wedge, Tifa, Aeris y Red XIII, entre otros. Junto a ellos, deberemos tratar de detener los planes de la corporación Shinra al mismo tiempo que resolvemos diversos eventos que se suceden y afectan al grupo de forma directa. A pesar de que sea un camino muy complejo, no hay nada que pueda detener la determinación de los protagonistas y su voluntad de mejorar las cosas en Midgar.
Como avanzamos antes, la historia sigue siendo la misma y todos aquellos que jugaron al original reconocerán infinidad de guiños y recordarán escenas clave, escenarios e incluso conversaciones. Sin duda, haber disfrutado de la obra clásica ofrece un valor añadido a cada segundo que pasemos con el juego. Aun así, emocionará de igual forma a los recién llegados, ya que se trata de un título pulido al milímetro.
En este sentido se puede notar que en Square Enix se tomaron todo el tiempo que necesitaron para completar el juego tal y como quisieron hacerlo y que escucharon a los fans para añadir aquellas mejoras que muchos deseábamos. Eso no quita que el toque de Nomura sea palpable y que las últimas obras del equipo de desarrollo hayan influenciado en gran medida a la modelación de la que nos ocupa. Con esto nos referimos a que habrá nuevos personajes añadidos que nos recordarán inmediatamente a la esencia de Final Fantasy XV, junto a otros detalles como el planteamiento de las misiones secundarias.
El clásico combate por turnos del título de 1997 ha evolucionado hasta presentar un sistema totalmente actualizado. En el remake nos adentramos en unas batallas frenéticas y repletas de acción que serán todo un reto sobre todo si jugamos en modo Normal (el más alto hasta que queda desbloqueado el Difícil al terminar el juego por primera vez). No basta con machacar botones mientras consultamos el móvil con la otra mano, ya que los combates nos pondrán en todo momento en tensión y deberemos desarrollar una estrategia apta para cada tipo de enemigo.
Las batallas en tiempo real nos proporcionarán unos instantes de descanso cuando abramos el menú rápido, momento en el que la acción quedará ralentizada y podremos pensar cómo proceder a continuación. Desde ahí podemos usar diversas habilidades (cada personaje cuenta con unas diferentes y las podemos ampliar y modificar a voluntad a nuestro antojo), magias gracias a las materias, encontramos algunas elementales (como Piro, Electro, Aero o Hielo) y otras defensivas (Barrera o Cura). Además, tenemos una amplia selección de Objetos a nuestro favor para curarnos, recuperar PM (puntos de magia) y demás.
Lo más útil para no perder tiempo navegando por los menús (aunque ya de por sí es bastante ágil) es colocar en atajos aquellas habilidades y magias que más usemos para tenerlas todavía más a mano. También podemos esquivar y bloquear ataques, además de usar una habilidad especial de cada personaje situada en el botón triángulo que no tiene coste en la barra de BTC (se gasta a medida que usamos ataques especiales) y es ideal combinar con el resto.
Por otro lado, podremos cambiar de forma muy sencilla y sin transiciones entre el control de diversos personajes en batalla. El equipo máximo es de tres miembros, pero no hay ningún momento en la aventura en el que podamos escoger a quienes llevar, sino que el propio argumento ya determina a quienes usamos en cada enfrentamiento y tramo de la historia.
A pesar de que en un inicio las batallas sean algo confusas y abrumadoras, no tardaremos en hacernos con los controles y dominarlos para poder disfrutar con cada una de ellas. Sobre todo en el caso de los jefes finales, viviremos todo un espectáculo con diversas fases, escenas cinemáticas cuidadas al milímetro y un nivel de exigencia que nos hará cambiar nuestra estrategia y distribución del equipo de forma constante. Además, el poder usar distintas Invocaciones añade un punto extra de epicidad a cada enfrentamiento.
Para poder abrirnos paso a través de los 18 capítulos que componen la aventura deberemos entrar al menú de gestión de equipo y materias continuamente para optimizar nuestra “build” y hacer frente de forma efectiva a todo aquel que se cruce en nuestro camino. Cada personaje cuenta con un arma principal que dispone de una serie de ranuras para añadir materias diversas. Hay decenas de tipos y cada una puede subir de nivel de forma automática si las usamos en batalla. Así, por ejemplo, conseguiremos una Cura+++ que aumente en gran medida el umbral de curación de nuestros personajes.
En cuanto a la mejora de las armas, debe hacerse de forma manual a medida que consigamos puntos individuales para cada personaje. Así, podremos obtener mejoras diversas que van más allá de un incremento del daño en ataques mágicos o cuerpo a cuerpo y que abarcan el añadir más puntos de salud base, nuevas ranuras para materias y mucho más. A pesar de que a lo largo de nuestra partida no nos hayamos encontrado con una gran cantidad de armas, las que sí han acabado en nuestro baúl de equipo presentan atributos diversos, por lo que podemos escoger una u otra en función de nuestras preferencias y para adaptarnos a cada situación.
Otro de los puntos que han sido observados con lupa por todo aquel que tenía dudas acerca de la posible “extensión artificial” de este remake es el de las misiones secundarias. Aquellos tráileres del juego en los que vimos la tarea de encontrar diversos gatitos perdidos no convencieron a todo el mundo y si bien es cierto que gran parte de estas misiones opcionales son “de recadero” y algo repetitivas, hay otras que vale la pena jugarlas. De los 18 capítulos totales, tan solo son 4 los que presentan estos encargos secundarios y, bajo nuestro parecer, son de los más disfrutables.
En concreto, en el capítulo 14 queda desbloqueado el viaje rápido entre todas las áreas que hemos visitado, algo que favorece en gran medida a la exploración de cada rincón de Midgar. Con ello, podemos tener más de una misión secundaria activa al mismo tiempo e irlas cumpliendo a medida que nos paseamos por los completos escenarios que Square Enix ha diseñado para esta entrega. Como ejemplo de lo que pueden desbloquear, son tanto ítems de equipo útiles a modo de recompensa (armas, materias y demás) como eventos únicos del argumento y conversaciones que nos perderíamos en caso de ir directos a por la principal y no dedicar tiempo a estos encargos.
En cuanto a los coleccionables, en Final Fantasy VII Remake se limitan a unas 31 canciones y melodías que hacen referencia a localizaciones que visitaremos en las siguientes partes de la aventura (como Gold Saucer o Wutai) y a otros detalles que los fans del clásico reconocerán de inmediato. Se agradece el hecho de que se trate de un número abarcable y que sea un ítem interesante para desbloquear, ya que los JRPG suelen pasarse al presentar una lista de coleccionables infinita que acaba por abrumar al jugador medio.
Gráficamente, Final Fantasy VII Remake es todo un portento que demuestra el nivel que puede alcanzar la generación actual de consolas. El nivel de sus cinemáticas es altísimo y lo podremos disfrutar tanto de forma independiente como ligado a las mencionadas batallas contra jefes finales. Gracias a la fluidez con la que aparecen estas escenas y se mezclan con las partes jugables sin necesidad de cortes, en todo momento sentiremos que estamos jugando a una gran obra de acción y aventuras que nos invita a sumergirnos en ella.
En lo técnico, salvo algún bug menor que hemos encontrado, aguanta muy bien el tipo. De hecho, nos ha sorprendido su rendimiento en PS4 y el hecho de que la consola apenas hace ruido ni se calienta al mover el juego, ya que los casi 100GB que pesa el archivo nos hicieron pensar que sería difícil moverlo en una PlayStation 4 normal. Nada más lejos de la realidad. Además, como hemos avanzado anteriormente, la jugabilidad del título se siente muy fluida a los mandos y apenas hay pantallas de carga más allá de en los momentos en los que entramos a según qué edificios o cambiamos de capítulo.
La banda sonora del título es excelente. Compuesta por una gran selección de temas clásicos ya conocidos, remezclas y nuevas incorporaciones, la música se adapta a cada escena y ayuda a ensalzar todavía más el cómputo global de la obra. En cuanto a las voces de los personajes, echamos en falta una traducción directa al español pero aun así están muy cuidadas en inglés y la sincronización labial (de los protagonistas, no los NPC) es de agradecer para sentir que estamos jugando a un producto cuidado hasta el más mínimo detalle.
Al presenciar el épico y desafiante desenlace, del cual no podemos entrar en detalles para evitar destripes, los créditos rodarán por la pantalla y al terminar nos indicarán que a partir de ese momento podremos regresar a cualquier capítulo de la aventura para rejugarlo y completar todos aquellos encargos pendientes, recoger coleccionables y volver a explorar los escenarios a voluntad. Además, quedará desbloqueado el modo Difícil para añadir un nuevo nivel de dificultad a los combates. Las reglas son la imposibilidad de usar objetos y el hándicap de que en los puntos de descanso tan solo podremos recuperar vitalidad.
Por otro lado, en el endgame del juego obtendremos el doble de puntos de experiencia y el triple de puntos de habilidad tras los combates, algo que nos permitirá alcanzar el máximo nivel de los personajes y sus materias. También quedará desbloqueado un nuevo simulador de combate para poner a prueba nuestras habilidades contra un poderoso contrincante.
En general, no sentimos que el tramo del endgame haya alcanzado el nivel que esperábamos, ya que si hemos dedicado tiempo a realizar todas las misiones secundarias a lo largo de nuestra primera vuelta, no queda mucho por hacer más que farmear experiencia y subir a nuestros personajes y sus armas al nivel máximo. Siempre podemos disfrutar con las actividades secundarias y minijuegos que el título presenta, como jugar a los dardos o enfrentarnos en un reto de sentadillas para desbloquear todos los premios posibles.
Aun así, a falta de una confirmación oficial por parte del estudio en referencia a que todo nuestro progreso, niveles conseguidos e ítems desbloqueados estarán disponibles en la siguiente parte de la obra, tan solo queda confiar en que lo hagan de forma cómoda para los jugadores que decidan dedicar horas y horas a preparar a sus personajes para las aventuras y retos que todavía quedan por delante.
Final Fantasy VII Remake es todo lo que esperábamos y más. Una gran reimaginación cuidada al detalle que desprende maestría en cada uno de sus poros. No podemos afirmar que es perfecta, pero está muy cerca de serlo y a nuestro parecer lo habría logrado si hubiera tenido un endgame algo más extenso e interesante y una concisión mayor en aquellos capítulos algo “pasilleros” que se nos pueden hacer largos. Aun así, se trata de un título que pueden disfrutar tanto los fans del clásico como los recién llegados, ya que a pesar de presentar múltiples guiños y referencias que solo los primeros entenderán, cualquiera puede sentirse inmerso en esta gran historia.
Si el original marcó a toda una generación, el remake hará lo propio con la actual. Habrá jugadores que no hayan quedado del todo satisfechos y otros que critiquen la decisión de Square Enix de dividir el juego en diversas partes, pero no dudamos en que se trata del movimiento adecuado con tal de asegurar la calidad que la obra merece. Tendremos que aguardar pacientemente unos años para ver continuar la aventura de Cloud y compañía, pero esperaremos lo que haga falta para que Nomura y el resto del equipo vuelvan a hacer magia y a presentarnos una obra pulida y cargada de nostalgia y cariño.