Uno de los lanzamientos que más nos llamaba la atención este mes de junio, sin duda, era este Disintegration de V1 Interactive, el estudio formado por uno de los co-creadores de la saga Halo en Bungie, Marcus Lehto. Una aventura futurista que quiere mezclar dos géneros muy distintos: un shooter en primera persona y, al a vez, un juego de estrategia en tiempo real. El título llega con una profunda campaña para un jugador y unas cuantas propuestas multijugador.
En un principio, la mezcla resulta un tanto extraña, pero los esfuerzos de V1 Interactive por integrar las mecánicas de ambos mundos termina dando resultado y el juego termina enganchando, más en su modo paraun jugador que en sus opciones competitivas online. Os contamos cómo:
Desintegration nos lleva a un futuro lejano, en el que la humanidad ha estado a punto de desaparecer por un virus mortal sin cura que ha diezmado la población. Para salvarla, los científicos consiguieron llevar a cabo un proceso conocido como ‘Integración’, que consistía en transferir el cerebro de un humano a un robot y evitar así el contagio y la muerte. Pero el primer propósito de la Integración se ha corrompido y una fuerza conocida como los Rayonne quieren cortar con cualquier vínculo humano y terminar el proceso de desaparición de la conciencia y la sociedad humanas. Unos pocos ‘enlatados’ luchan contra ellos con la intención de preservar su humanidad y conseguir revertir el proceso: conseguir la ‘Desintegración’.
En el juego encarnamos a Romer Shoal, un antiguo y popular piloto de graviciclos, unos transportes unipersonales muy populares tras la integración, que termina en una cárcel aérea tras un oscuro negocio sucio de contrabando. Pero un motín en la prisión le lleva a escapar junto a un grupo de forajidos (enlatados que luchan contra los Rayonne), lo que le llevará a liderarlos gracias a su dominio de los graviciclos.
A los mandos tácticos de este grupo de rebeldes, desde las alturas del graviciclo, conoceremos a un buen puñado de forajidos, humanos enlatados en distintos tipos de robots, cada uno con sus características para el combate. En la guarida de este grupo rebelde va avanzando la historia y las distintas relaciones entre ellos. Un grupo de rebeldes inspirados y guiados por un ‘natural’ (un humano sin enlatar) conocido como 'El Carretero'.
Lo cierto es que la profunda historia del juego y lo elaborado de sus personajes son uno de los puntos fuertes de Disintegration. Entre misión y misión, pasaremos tiempo en la base preparando equipo, mejorando habilidades, armas, etc., y aquí podemos tener conversaciones con los distintos personajes y hacer avanzar la historia, además de aceptar desafíos y misiones secundarias que nos otorgarán recompensas.
Como ya hemos dicho, estamos ante un juego que mezcla FPS y RTS, y lo hace con todas las consecuencias, aunque sí que es verdad que, dependiendo del gusto de cada jugador, podrás prestar atención más a un elemento que al otro. En cada misión iremos acompañados de unos cuantos forajidos que se despliegan en el suelo, bajo nosotros, que vamos a los mandos del graviciclo.
El graviciclo nos da mucha movilidad sobre el terreno, con él podemos bajar a ras del suelo o subir, pero no a la altura que queramos, ya que tiene un límite. También hay que tener en cuenta que el graviciclo requiere tener un suelo bajo nosotros para mantenernos en el aire a una decena de metros. Si nos aventuramos sobre el borde de un precipicio, el graviciclo caerá irremediablemente. En cuanto a movilidad, podemos subir y bajar con los botones L1 y L2, además de realizar impulsos de aceleración en cualquier sentido con el botón X, lo que nos permite esquivar disparos enemigos (el impulso requiere recargarse tras cada uso).
Desde esta vista podemos atacar directamente a los enemigos con nuestras armas instaladas en el graviciclo, como un juego FPS tradicional. Pero no podemos olvidarnos de nuestros compañeros en tierra. Ellos se despliegan de manera automática y, por defecto, corren en una posición cercana bajo el graviciclo, atacan al os enemigos cercanos y buscan cobertura para protegerse siempre que es posible. Pero nosotros podemos darles órdenes tácticas: podemos indicarles que se acerquen o tomen una determinada posición, que se concentren en eliminar a un objetivo concreto o que vayan a recoger un recurso determinado. Pero al darles una orden, hay que tener en cuneta que los estamos exponiendo al fuego de los enemigos, por lo que tendremos que decidir muy bien el momento de hacerlo, además de cubrirles desde nuestra posición elevada.
Además, cada unidad de forajidos cuenta con una habilidad (granadas aturdidoras, misiles, curación, etc.) y esa habilidad la activaremos nosotros (ellos no lo hacen de manera automática), eligiendo el momento oportuno para hacerlo y marcando la zona de efecto de dicha habilidad. Podemos asignar el botón del pad digital que queramos a cada unidad, para lanzar la habilidad de cada una. Saber gestionar estas habilidades es fundamental para conseguir ventajas en la batalla.
Desde el graviciclo, además de lanzar ofensivas directas y marcar los movimientos y habilidades de nuestro equipo en tierra, también podemos activar un modo escáner, que nos mostrará en pantalla a los enemigos y objetivos cercanos. El escáner es muy útil en mitad de los combates, para identificar por dónde llegan los enemigos y saber rodearlos y eliminarlos, además de detectar recursos para conseguir mejoras o salud. Echar un ojo a la salud de nuestras tropas es vital, pero también a la nuestra propia, que aunque estemos menos expuestos desde las alturas, no somos invulnerables (hay unidades de francotiradores o con lanzacohetes). Además de conseguir salud de enemigos caídos o unidades de salud descubiertas, podemos proporcionar cargas de salud desde el graviciclo.
Lo bueno es que, si una unidad cae en batalla, tenemos una cuenta de 30 segundos para acercarnos a sus restos para recoger su cabeza. En ella está guardada su conciencia humana y, si la recuperamos a tiempo, la podemos volver a transferir a otro cuerpo robótico, por lo que la unidad estará lista para la batalla pasados unos segundos. Pero si no recogemos la cabeza a tiempo, perderemos la partida.
Como hemos dicho, se tarda un poco en interiorizar estas novedosas mecánicas de juego, pero el título cuenta con un rápido tutorial que es muy recomendable completar antes de la primera partida. Después, tras las dos primeras misiones, ya te harás con los mandos y con todas las posibilidades que ofrece el juego. Puede que haya jugadores que se centren más en e FPS, otros que se replieguen en el aire y prefieran centrarse en la gestión de la tropa, pero lo ideal es combinar ambos modos de juego y llegar aun equilibrio. Las misiones más avanzadas nos obligarán a ello.
Además de lograr los objetivos de cada misión, por el terreno podremos descubrir y recoger toda clase de recursos. Estos recursos nos ayudarán a la hora de mejorar las habilidades de Romer y la equipación de nuestro graviciclo. Pero también podremos recoger chips de mejoras que podremos aplicar a cada uno de los forajidos. Esto nos permite mejorar sus habilidades.
Cada uno de los forajidos cuenta con su propio árbol de mejoras donde podemos ir aumentando el nivel de sus habilidades pasivas, además de desbloquear y equiparlos con nuevas habilidades activas (las que podemos activar nosotros en el campo de batalla. Estas mejoras y progresión de los personajes es un ingrediente RPG que le siente muy bien al título.
La campaña principal de Disintegration funciona bastante mejor que sus modos multijugador, está más acabada, pero también agradecemos que sus desarrolladores hayan trabajado para incluir modos competitivos online. Hay tres modos: Control de Zonas (donde hay que capturar y defender diferentes zonas con las unidades terrestres, mientras intentas eliminar los graviciclos de tus enemigos); Recolección (hay que recoger el mayor número de cerebros enemigos, donde los de los pilotos de graviciclos enemigos valen 3 puntos y los de las unidades terrestres uno); y Extracción (las unidades terrestres de los atacantes deben recoger unos núcleos y llevarlos a un punto de entrega, y los defensores deben impedirlo).
En los modos multijugador hay que elegir un equipo, entre seis disponibles, cada uno con sus propias características (cada uno con un armamento concreto, una mezcla de unidades terrestres específica y con diferentes cualidades del graviciclo). Debes elegir el que más se adapte a tu forma de jugar, para llevar a cabo una u otra estrategia.
En nuestras primeras partidas las unidades terrestres perdían un poco de protagonismo, sobre todo cuando nos dedicábamos a enfrentarnos de manera directa desde nuestros graviciclos. Pero hay que intentar dominar ambos aspectos del juego para poder salir victorioso de los modos multijugador. La verdad es que hay muchas posibildiades de diversión entodos ellos.
Disintegration os ha sorprendido gratamente, con una campaña profunda y cargada de misiones de lo más entretenidas. Además, las misiones son largas y cargadas de combates épicos, recursos y secretos por encontrar, etc. El estilo de juego es realmente original y puede enganchar tanto a amantes de los FPS como los de la estrategia más directa. Es cierto que los modos multijugador, aunque interesantes, no han terminado de engancharnos pero habrá que darles una oportunidad, sobre todo a que se llene de jugadores,