Hay muy pocos juegos que nos hagan ‘explotar la cabeza’ últimamente. No digo que no haya juegos buenos, pero títulos que le den la vuelta a lo establecido y ofrezcan algo realmente original se cuentan con los dedos de una mano, y sobran dedos. Y, como ya hemos comentado algunas veces, las sorpresas en este sentido nos las suele dar la escena indie. Devolver Digital lo vuelve a hacer y edita un título que vuelve a recordarnos el buen ojo de esta distribuidora de juegos independientes.
Inscryption es un título que, en apariencia, es un roguelike de construcción de mazos. Y claro que lo es, y muy bueno, pero esto solo es una parte de todo lo que encierra este juego creado por Daniel Mullins (desarrollador del también sorprendente e imprevisible Pony Island). Una experiencia sorprendente, fresca, aterradora y original a partes iguales y encima con un apartado artístico fabuloso (pixelado pero con un toque moderno). Todo bien. Ojo, que podemos estar ante el indie del año.
Una partida de cartas a muerte
Inscryption es un juego de construcción de mazos, solvente, complejo, pero con una curva de aprendizaje muy poco acusada, que nos va enseñando las reglas del juego mientras complica poco a poco los componentes del mismo, sofisticando las partidas y multiplicando profundidad y diversión. Pero el juego de cartas está envuelto de un juego estilo scape room, apasionante, misterioso y entretenido, cargado de pruebas y puzles y pistas desperdigadas por ahí. Y, por debajo de todo ello, muchas sorpresas increíbles que preferimos no desvelar.
El juego está envuelto en el misterio desde la pantalla de carga. En el menú inicial nos encontramos con una peculiaridad extraña: no es posible iniciar una nueva partida, ese botón está inactivo. Sólo es posible pulsar el botón ‘Continuar partida’. Es una rareza, pero que tendrá mucho sentido más adelante, cuando entremos en la dinámica del juego.
Al comenzar a jugar sólo sabemos que estamos encerrados en una cabaña, en medio de un bosque. Pero no estamos solos. Entre las sombras se esconde un ser diabólico, un maestro de ceremonias que va a jugar con nosotros, metafórica y literalmente. Porque nos invita a una partida de cartas. Una partida de cartas a vida o muerte. Él nos enseñará a jugar, nos irá contando las reglas del juego, incluso nos dejará ganar las primeras partidas. Pero cuidado, porque si perdemos contra él dos partidas, y apaga con ellas las dos velas del candelabro sobre la mesa, nos matará.
Y así comienza la partida de cartas, una partida donde los importante es saber construir los mazos de manera inteligente. Con unas cartas protagonizadas por distintos animales del bosque que, a grandes rasgos, cuentan unos puntos de ataque y unos puntos de vida. Una vez en la mesa, pueden atacar a las criaturas del oponente, o al propio oponente si superamos su línea de cartas. Nuestras cartas también sufren el ataque de las cartas enemigas y pueden restarnos puntos a nosotros en el turno del oponente. Hay muchas criaturas, de muchos tipos, pero luego hay cartas que complican más las cosas, con sellos que otorgan habilidades especiales a las cartas y cartas de objetos que añaden distintas ayudas o handicaps a la partida.
Pero la partida está envuelta de un tono tétrico, oscuro y sangriento, en todos sus elementos. Los puntos se cuentan con dientes arrancados, que se colocan en una balanza. Cuando un lado de la balanza se llena con cinco muelas o dientes hemos ganado, o perdido. Y hasta hay un objeto (un potenciador) que son unas tenazas. Si lo usamos en una partida nos arrancaremos un diente para ponerlo en la balanza del oponente para ganar un poco de ventaja.
Pero el elemento más perturbador es que para jugar cada carta necesitamos de un recurso, que no es maná, sino sangre. Y esa sangre se obtiene sacrificando a las criaturas que ya hemos colocado en la mesa. Si una carta de lobo muestra dos gotas de sangre es que requiere del sacrificio de dos criaturas de la mesa para poderla jugar. Podemos sacrificar a cualquiera de ellas, pero las criaturas perfectas para esto son las ardillas. Por eso tenemos nuestro mazo de cartas y un mazo inagotable de ardillas (aunque tenemos que elegir si robamos de un mazo u otro en cada turno). Y luego están los huesos que se generan cuando sacrificamos criaturas. Esos huesos también nos permiten invocar algunas criaturas.
Entre partida y partida de cartas, el extraño ser que juega con nosotros nos hace elegir una pequeña figura de madera y jugar sobre un tablero, como si se tratara de un juego de rol. Aquí, nos narra una historia y nos permite elegir senderos que nos llevan a recompensas, castigos o enfrentamientos con jefes. En estas incursiones sobre el mapa, podremos obtener objetos especiales que nos darán ventajas en las siguientes partidas de cartas, o sellos para otorgar nuevas habilidades a alguna de nuestras cartas, o puntos de mejora en sus ataques o defensas.
Pero entre partida y partida de cartas, si logramos sobrevivir, y entre incursiones en el macabro viaje por el tablero que nos presenta la oscura criatura, podemos dar pequeños paseos por la extraña cabaña. Y esto nos permite ver en detalle todos sus objetos, con los que podemos interactuar y buscar en ellos información. Información sobre el misterio que se cierne sobre la cabaña, sobre la identidad de la terrible criatura que nos retiene y, lo más espeluznante, detalles sobre los jugadores que estuvieron allí antes que nosotros. Porque será inevitable perder, y morir, y encarnar a un nuevo jugador. Porque, recordamos, estamos en un roguelike. Solo las sucesivas muertes nos ofrecerán más pistas para seguir avanzando. Todo ello son piezas de un puzle enorme que configuran el escape room del que tenemos que intentar escapar.
Pero, Inscryption encierra muchas sorpresas más, muchos juegos dentro del juego, muchos misterios dentro del misterio. Pero no vamos a desvelar más porque ya entraríamos en territorio spoiler. Sólo vamos a decir que todo comienza a ser más perturbador cuando las cartas comienzan a hablarnos… Eso y que no des por hecho que has llegado al final del juego. Sigue adelante, que igual te pierdes otro juego, y otro más…
Inscryption es un juego fascinante. Es cierto que se articula a través de entender, practicar y llegar a dominar un juego de cartas y construcción de mazas aterrador, profundo y difícil. Pero si aguantas vivo una partida más, y luego otra, estarás más cerca de entender de qué va este juego realmente y de descubrir todos sus misterios, todas sus sorpresas, todos sus increíbles giros. Es tu turno para sacar cartas, ¿te atreves?