No es la primera vez, pero no deja de sorprendernos, en pleno siglo XXI, que un título minimalista en lo gráfico, que casi busca volver al pixel más primario, se convierta en un tremendo éxito entre los jugadores. Pero es que aquí, como pasa en tantas ocasiones, lo importante no es lo que vemos, sino las reglas del juego y su profunda jugabilidad. Loop Hero es un título que parece sencillo, que parece que se juega solo… pero tiene tanto detrás de esos pálidos pixels gordos y esa música de 8 bits.
Loop Hero es otro increíble descubrimiento independiente de Devolver Digital (y ya van…). Desarrollado por Four Quarters, ya se ha convertido en tremendo éxito, con más de 500.000 copias vendidas en Steam. Se trata de un título de rol puro, donde hay un mundo en peligro, un héroe y peligrosas expediciones a lugares misteriosos que le enfrentarán con arañas, esqueletos, goblins y vampiros. Suena a lo mismo que has jugado mil veces, pero sus desarrolladores le han dado una vuelta a todo y han conseguido que Loop Hero sea tremendamente original.
La principal novedad que añade Loop Hero es que nosotros no manejaremos al héroe, de hecho, no controlaremos ninguno de sus movimientos ni sus ataques en los combates. El héroe va solo por el sencillo camino que se muestra en pantalla y cuando se encuentra con algún enemigo o alimaña, hace lo que puede para derrotarlo en un combate en tiempo real. Nuestras acciones se reducen a elegir el equipo, armaduras, armas u objetos que puede equipar el héroe y colocar una serie de cartas sobre el tablero que irán completando el mapa: con montañas, valles, bosques, poblados, cementerios, campos de batalla, etc., que añadirán elementos a la acción (generando enemigos o proporcionando ventajas al héroe cuando pase por ellos).
Y todo sobre un mapa realmente simple que, en un principio solo se compone de un camino circular por donde un monigote pixelado va caminando en un bucle infinito. Cada vez que completa una vuelta pasa por su campamento, lo que consigue restaurar algunos puntos de salud. Cada vez que canta el gallo pasa un día completo y pasan algunas cosas en el mapa (reaparecen algunos monstruos, etc.). En el camino, tendremos que ir tomando decisiones para conseguir que nuestro héroe se mantenga con vida y recoja la mayor cantidad de recursos y recompensas tras sus combates.
Sólo los combates nos muestran una ventana emergente donde nuestro héroe y los enemigos que se encuentra se reparten golpes por turnos, van rebajando sus barras de vida, van desplegando sus dotes para la evasión, etc. Pero todo de manera automática, con una resolución de unos pocos pixeles más que el mapa de la partida. Y así, en un bucle infinito, donde solo podemos llegar a completar el nivel (cuando aparezca su jefe final), el héroe termine muriendo o salgamos corriendo pulsando el botón de retirarnos a nuestro refugio.
El mundo de Loop Hero se ha deshecho, literalmente, y no ha quedado más que oscuridad. Nuestro héroe despierta en medio de esa oscuridad sin recordar prácticamente nada de su pasado ni de qué ha ocurrido con la realidad. Sólo enfrentándose a las incursiones por lo que queda del mundo se puede ir recuperando partes del mismo e ir haciendo que se recomponga. Así, nuestro héroe se lanza a los caminos para intentar recordar el mundo y hacer que estos recuerdos vuelvan a recomponer la realidad desaparecida. Pero claro, los caminos son peligrosos.
Y entre expedición y expedición, el héroe retorna a un austero campamento, donde se refugian algunos supervivientes, que tampoco recuerdan nada del pasado pero que te ayudarán a prepararte para cada misión. El campamento se puede ir aumentando, mejorando, lo que dará al héroe la posibilidad de nuevas mejoras y habilidades para desplegar en las incursiones. Pero para construir y mejorar el campamento hay que recolectar recursos, que solo podremos obtener de las incursiones.
Pero lo mejor es que las mejoras en el campamento nos ofrecerán nuevas cartas. Y es que las cartas son muy importantes en Loop Hero. Podemos configurar el mazo de cartas antes de entrar en una nueva incursión y estas cartas son las que podrán aparecer cada vez que derrotemos a un enemigo en la partida. Estas cartas son los pedazos de mundo que podemos ir añadiendo al mapa por donde discurre el bucle de que recorre nuestro héroe.
Y cada carta añade peligros, beneficios, recompensas, e incluso mejoras temporales al héroe cuando pasa por ellos. Hay cartas con rocas o árboles que aportan una cierta cantidad de roca o madera que podremos llevar en nuestra mochila. Pero hay otras como cementerios, que generan esqueletos que nos atacarán, o pantanos que generan mosquitos gigantes muy peligrosos. Hay otras cartas como los faros guía, que otorgan al héroe mayor velocidad de ataque y regeneran un poco su salud cuando pasan por sus casillas adyacentes. Hay otras cartas como las montañas que ofrecen algo de protección y otras como la Mansión Vampírica que genera un vampiro en cada jornada.
Hay un montón de cartas y sus beneficios, peligros y recompensas son muchas y variadas y tenemos que pensar muy bien dónde colocarlas y cuándo. Además, combinarlas conseguirá nuevos resultados. Por ejemplo, si colocamos un par de mansiones vampíricas junto a una aldea, terminará produciéndose una alianza entre vampiros y hombres que alejará el peligro de los vampiros y nos ofrecerá cuantiosas recompensas cada vez que el héroe pase por allí. Todo es cuestión de probar y combinar y volver a probar.
Loot Hero parece un juego tremendamente simple cuando llevas jugando cinco minutos, cuando has dado tu primera vuelta a tu primer bucle, pero nada más lejos de la realidad. Cada vez que el héroe derrota a un enemigo este suelte una o varias cartas para colocar en el mundo y componer el mapa, y además suelta elementos que podemos elegir para que nuestro héroe lleve equipados: un arma mejor, una armadura mejor, un escudo más grande, un anillo que nos proteja de un tipo de daño, etc. Hay que tomar decisiones muy rápido, calculando nuestro porcentaje de Puntos de Salud máximos, nuestros puntos de defensa, los puntos de daño mágico que nos otorga este anillo, los porcentajes de evasión o de contra ataque que nos da aquel objeto…
Afortunadamente hay un botón que nos permite parar la aventura y dedicarle unos segundos a la planificación. Pero cuando le cojamos el punto al ‘loop’ puede que no pulsemos mucho este botón y que vayamos cambiando equipo o colocando cartas sobre el mapa en tiempo real, controlando la salud y los objetivos de nuestro héroe. Además, hay un botón de “x2” que acelera el tiempo al doble por si queremos que el héroe corra más rápido por el bucle.
Nuestro objetivo es que el héroe sea capaz de superar los peligros, que cuanto mayores son, mejores recompensas nos dejan. Entonces siempre nos encontramos con la tentación de o colocar muchos peligros, lo que nos dará mejores recompensas para mejorar nuestro campamento (lo que redundará en nuestra subida de nivel, mejores cartas, mejores recompensas…) o colocar muy pocos peligros y hacer el viaje del héroe más sencillo para que sobreviva más vueltas. Esa es la clave y lo mejor será conseguir un equilibrio entre una y otra. Y siempre podemos huir pulsando el botón para salir del bucle antes de morir. Si lo hacemos al pasar por la fogata de inicio del camino nos llevaremos con nosotros el 100% de los recursos recopilados hasta el momento, pero si lo hacemos en otro punto del camino salvaremos el 60%. Si el héroe muere no se lleva nada, tan solo su cuerpo renacido (que no es poco).
El juego es un auténtico “vicio” cuando le cogemos el punto y es la típica experiencia en la que hemos dicho “una vuelta más y lo dejo”. Y nunca es sólo una vuelta más. Hay que intentar acumular suficientes elementos en el mapa, lograr suficiente densidad de enemigos, bosques, montañas, criaturas y demás elementos, para conseguir llenar la barra del enemigo final de la fase. Entonces aparecerá y tendremos que intentar derrotarlo. Sólo derrotando a los enemigos finales de cada fase conseguiremos avanzar en esta misteriosa historia.
Loop Hero es una deliciosa experiencia que te atrapa, en un bucle infinito, porque está fabulosamente diseñado. Que no te despisten sus gráficos y fabulosa banda sonora estilo old school. Están hechos así a posta, porque lo importante es la experiencia, la increíble jugabilidad de sus mazmorras, siempre cambiantes, siempre en tu mano de cartas para resultar de una manera o de otra. Además, puedes ir cambiando la clase de tu héroe según avances la aventura: guerrero, pícaro o nigromante. Cada uno tiene sus propias cartas, sus propios objetos para ser equipados... Un juego indie sorprendente que nos ha conquistado y que ha conquistado a cientos de miles de jugadores. ¡Qué ojo tiene Devolver Digital para dar con proyectos indies!