Con el rostro salpicado de sangre y una mirada cargada de ira, Ellie nos da la bienvenida a The Last of Us Parte 2. Siete años después de la llegada del original, regresamos al universo creado por Naughty Dog para reencontrarnos con aquellos personajes que pasaron a tener un espacio reservado en nuestros corazones. Así, podremos vivir una nueva historia conducida por la venganza y el crecimiento personal que nos atrapará desde el principio y nos hará sentir emociones reconfortantes y desgarradoras a flor de piel hasta desembocar en una recta final brutal y para el recuerdo.
La obra que tenemos entre manos es la apuesta más valiente que Naughty Dog ha presentado nunca a lo largo de su historia. Ambiciosa, plural para dar voz a distintos colectivos y con un tono muy adulto. Con todo ello, se logra una mezcla excelente que, si bien no es perfecta, está muy cerca de serlo. Os lo contamos todo al detalle a continuación y os invitamos a descubrir cómo ha salido la secuela de uno de los títulos más aclamados de todos los tiempos a la que se le pedía todo y ha cumplido sus promesas.
Han transcurrido 4 años desde que Ellie le hizo jurar a Joel que le había dicho la verdad acerca de lo ocurrido en el Hospital de los Luciérnagas. Como era de esperar, este evento les marcó profundamente a ambos y es algo que resurge en esta secuela. No podemos entrar en detalle acerca de todas las ramificaciones y lazos argumentales que acaba por desarrollar, pero sí podemos avanzar que Naughty Dog ha preparado un guion cargado de sorpresas, giros y escenas memorables que pasarán a quedar grabadas a fuego en nuestras mentes.
De forma inteligente, han sabido tejer una narrativa compleja que nos hará soltar más de una lágrima producida por la nostalgia que emerge al recordar tiempos pasados que nunca volverán. Llevando a una Ellie adolescente, de 19 años, emprenderemos un largo viaje en busca de sanar unas heridas profundas a través de la vía de la violencia desenfrenada. Sin embargo, la protagonista irá aprendiendo poco a poco que la venganza tan solo genera más venganza y deberá tratar de encontrar la forma de dejar ir aquellos sentimientos que la aprisionan.
Naughty Dog ha realizado un trabajo excelente al permitirnos vivir una historia así de dura a través del lenguaje y mecánicas del videojuego. No siempre será sencillo el pulsar el botón indicado para permitir a Ellie dejar fluir su ira de forma directa. Por mucho que empaticemos con su cruzada, llegará un punto en el que sus decisiones y acciones podrán entrar en conflicto con nuestras propias convicciones. Es probable que a no todos los jugadores les suceda y algunos pasen por esta aventura de forma más superficial, pero si logramos conectar con la historia y personajes del título os aseguramos que viviremos todo de forma muy directa.
Sin embargo, también hay espacio para el amor. No es sorpresa para nadie que haya disfrutado de los tráileres previos al lanzamiento el hecho de que su relación con Dina será un pilar fundamental de la trama. El beso que ambas compartieron hizo historia y, lejos de tocar el tema por encima, Naughty Dog ha hecho gala de una gran valentía al presentar múltiples escenas y conversaciones en las que queda claro el cariño que ambas jóvenes se profesan.
El hecho de presentar a una protagonista abiertamente lesbiana no es sino la punta de un iceberg repleto de personajes diversos a los que conoceremos. Entre ellas y ellos encontramos a mujeres fuertes, muy musculadas y cero sexualizadas, a personas de distintas razas y culturas e incluso a un personaje transgénero. Disponen de sus historias y personalidades particulares, muy bien construidas para hacernos sentir que realmente estamos conociendo a una persona real a través de la pantalla. De esta forma y siempre desde el respeto, Naughty Dog dispone uno de los planteles de personajes más plural y bien tratado que hemos visto nunca en cualquier videojuego, si no el que más.
El mundo que visitaremos en The Last of Us Parte 2 ha crecido significativamente respecto a la versión que exploramos en el original. Es algo que queda reflejado tan solo al fijarnos en la duración media del juego, que ronda las 25-30 horas. El número total de zonas y su extensión se multiplican en la secuela para presentar un abanico que contiene tanto zonas algo más lineales como otras abiertas que tienen una clara influencia de Uncharted: El Legado Perdido. El estudio a cargo ha aprendido de todos sus trabajos anteriores para crear la obra que nos ocupa, la cual presenta a una Ellie mucho más ágil y capaz de moverse por los escenarios de forma cómoda y con diversas posibilidades en sus manos.
Para empezar, los puzles se escenario han sido rediseñados para ir más allá de empujar contenedores y mover escaleras. Estos elementos siguen presentes, pero se han incluido nuevas mecánicas como trepar por cuerdas, conectar cables en generadores de electricidad, buscar códigos numéricos para abrir puertas cerradas o romper ventanas de vidrio para cruzar a la habitación siguiente. Todo ello no significa que la protagonista se haya convertido en una versión joven de Lara Croft, sino que sus controles se han adaptado para hacernos sentir el peso de cada salto y caída a los mandos.
Por muy ágil que sea Ellie, sigue siendo humana, algo que recordaremos cuando nos impacte cada bala (sobre todo en niveles más elevados de dificultad) o cuando tratemos de descender por un hueco en el suelo cuya altura es demasiado elevada. Sin embargo, esta verticalidad con la que se ha dotado a los escenarios sirve para aportar una capa de profundidad adicional a la exploración, la cual es ahora mucho más interesante que antes.
A este respecto se han añadido una gran cantidad de coleccionables en forma de cartas de súper héroes (al estilo X-Men), monedas antiguas de cada uno de los estados de EE.UU., artefactos y documentos diversos que nos permiten conocer más acerca de los personajes que forman parte del mundo postapocalíptico que visitamos. El problema con que haya cientos de ellos es que la misión personal de hallarlos nos puede desviar un tanto de la línea argumental principal. Por ello, recomendaríamos dejar su búsqueda exhaustiva para una segunda vuelta al título con la opción de “Nueva Partida +” o el poder revisitar cada capítulo de forma individual, mientras que en la primera nos centramos en la historia de Ellie y el resto.
Aun así, es importante dedicar un tiempo a descubrir cada rincón de las zonas abiertas que visitemos, ya que por ahí esperan ítems tan importantes como armas opcionales, manuales de entrenamiento (que nos permiten desbloquear nuevas habilidades) y cajas fuertes cuya combinación podemos descubrir si estamos atentos a elementos cercanos como tablones, notas o cualquier indicativo numérico. Además, el entrar en una determinada sala opcional u observar un ítem específico en un tramo de la aventura en el que Ellie vaya acompañada puede desbloquear conversaciones inéditas que nos aportan datos de interés acerca de otros personajes o pensamientos de la protagonista, los cuales quedan reflejados en su diario (que podemos consultar en cualquier momento).
Más allá de esta exploración, cabe destacar el gran trabajo que ha realizado Naughty Dog al lograr un nivel de detalle inverosímil en cada elemento de los escenarios. Desde las texturas del agua, la nieve y la iluminación que nos deja ver partículas de polvo en el aire o el expresivo rostro de Ellie y el resto de personajes, estamos ante un nivel de realismo que muy pocas producciones han alcanzado hasta la fecha. De hecho, nos sorprende que algo así se mueva en PlayStation 4 y esté bien optimizado hasta el punto de que el ruido de los ventiladores no sea ensordecedor.
Nadie dijo que la aventura que propone The Last of Us Parte 2 iba a ser un paseo. El mundo postapocalíptico que visitamos está repleto de peligros y a medida que avancemos en la aventura nos iremos encontrando con distintos tipos de enemigos. Desde humanos armados hasta los dientes a peligrosos infectados, supondrán un obstáculo que Ellie podrá superar de distintas e ingeniosas formas.
Para empezar, el sigilo es un arma esencial en el arsenal de la protagonista. Sobre todo en el caso de tener que enfrentarnos a los afectados por el virus del cordyceps, es recomendable que nos desplacemos poco a poco con tal de sorprenderlos por la espalda y poder acabar con ellos sin alertar a los demás, ya sea con la ayuda de la navaja de Ellie para los corredores o con una daga (en caso de tratarse de chasqueadores). Sin embargo, nuestras habilidades perceptivas deberán multiplicarse en el caso de encontrarnos en un entorno cerrado junto a una serie de acechadores. Se trata de un nuevo tipo de infectado, mucho más inteligente que el resto, que se esconde en las esquinas para sorprendernos al pasar y atacarnos, armando un gran estruendo que atrae al resto de enemigos de la zona.
A estos tipos se suman algunos nuevos, como los peligrosos tambaleantes. Se trata de grandes criaturas mutadas que nos lanzarán proyectiles de fuego o tóxicos y a los que podemos vencer con la ayuda de bombas, minas u armas potentes como la escopeta o el lanzallamas. Por ello, en este caso es más recomendable la acción directa, ya que no querremos acercarnos a estos grandes monstruos.
Como podéis comprobar, Ellie cuenta con un amplio arsenal en su poder, que irá multiplicando y mejorando a medida que la aventura progrese. En nuestra mano está el modo de distribuir los puntos de habilidades para mejorar, por ejemplo, el área de efecto de un cóctel molotov, la cantidad de vida que recuperamos con un botiquín o el radio del modo escucha. En cuanto a las armas en sí, debemos recoger piezas para poder mejorar parámetros como la cadencia, la capacidad de munición, la precisión o la estabilidad en los bancos de trabajo que encontremos.
En general, el sistema es muy similar al del título original pero en esta secuela ha recibido una capa adicional de complejidad debido a la aplicación que todo ello tiene en “el campo de batalla”. Cada bala cuenta y crear una estrategia es esencial sobre todo en las situaciones en las que el número de enemigos nos supera. En el caso de los humanos, se ha dotado de mayor personalidad a cada enemigo al darles un nombre. De este modo, cuando uno de ellos cae sus compañeros lo buscan por la zona y se comunican entre ellos al detectar una baja o nuestra posición aproximada. El título no presenta ninguna mecánica para arrastrar cadáveres, algo que hubiera sido de agradecer con tal de poder ocultarlos y dotar al sigilo de un valor añadido.
Aun así, la IA de nuestros adversarios está mucho más trabajada y si queremos burlarlos no bastará con lanzar una botella o ladrillo para atraerlos con el ruido. Además, el hecho de añadir perros a las patrullas hace que no podamos permanecer quietos en un mismo sitio durante mucho tiempo, ya que pueden detectarnos el rastro a través de nuestro aroma. Por último, cabe mencionar que regresa el sistema que vimos en Left Behind de lograr enfrentar a los humanos contra los infectados enemigos, algo que nos permite desenvolvernos de diversas e ingeniosas formas en cada enfrentamiento. También se añade un punto de rejugabilidad al picarnos la curiosidad de cómo hubiera sido una determinada sección al haberla logrado superar con un sigilo perfecto o, por el contrario, de forma directa y con la acción por bandera.
El apartado gráfico de The Last of Us Parte 2 es impresionante. El nivel de detalle que alcanzan sus texturas, escenarios y personajes supone la cumbre de lo que PlayStation 4 puede alcanzar, además de apuntar lo que la siguiente generación de consolas debe superar. Lo miremos por donde lo miremos está claro el cariño que Naughy Dog le ha puesto a su obra y todo lo que han pulido cada aspecto del mismo para que presente la mejor calidad posible. A pesar de que el modo foto con el que llega el título no nos permita modificar las expresiones de Ellie al retratarla, su rostro tiene la suficiente vida como para poder sentir todo lo que pasa por su mente tan solo al observar cómo se frunce su ceño o cómo logra iluminar sus ojos al mostrar una amplia sonrisa.
Es en su apartado técnico donde nos hemos encontrado con algún que otro glitch, bug y problema algo grave, como el hecho de que el suelo desaparezca bajo los pies de nuestra protagonista y ésta caiga al vacío y termine muriendo o bien que la pantalla quede congelada y el juego se cierre (suerte que contamos con autoguardado). Sin embargo, se trata de errores que se pueden ajustar con la llegada de un parche o actualización, por lo que es probable que ni siquiera lleguen a la versión de lanzamiento.
Por otro lado, las múltiples opciones de accesibilidad que presenta el título son dignas de elogio y un referente al que deberían aspirar el resto de juegos de ahora en adelante. Desde que empezamos una nueva partida nos proponen una serie de parámetros que podemos ajustar en cualquier momento y que afectan al grado de accesibilidad visual, sonora o motora que decidamos aplicar. Por poner algunos ejemplos, en el primer caso podemos activar una imagen de alto contraste que destaque los elementos relevantes en pantalla, hacer zoom a cualquier punto de la misma, mejorar el modo escucha o incluso activar el “texto a voz”, que describe las situaciones jugables que van sucediendo para que incluso los jugadores con problemas de visión puedan disfrutar de The Last of Us Parte 2 tan solo mediante el audio.
En cuanto a los niveles de dificultad, podemos seleccionar aquel que prefiramos y no afectará al conseguir logros ni trofeos, como sí ocurre en muchos otros juegos. En este caso hay para satisfacer todos los gustos, desde aquellos usuarios que buscan un verdadero reto a los que prefieren disfrutar de la historia y no quieren complicarse en batallas ni exploración exhaustiva.
Por último, el apartado sonoro del título es una verdadera delicia. Desde unos efectos de sonido muy logrados y realistas hasta un plantel de voces compuesto por grandes actrices y actores de doblaje, todo queda aderezado por una épica banda sonora compuesta por Mac Quayle que contrasta con los suaves y melancólicos acordes de guitarra de Gutavo Santaolalla. Gracias a todo ello, logran hacernos sentir inmersos en el ambiente que crean en cada situación, para que sintamos que formamos parte de cada escena como si estuviéramos dentro de la pantalla.
Naughty Dog vuelve a demostrar por qué es considerado uno de los estudios first party más importantes de Sony. Si ya hicieron historia con el The Last of Us original en 2013 volverán a hacerlo con su secuela. Con la diversidad y la accesibilidad por bandera, el estudio californiano nos propone su mayor y más valiente obra hasta la fecha tanto en el plano argumental como en el jugable. No hay duda en que la historia, personajes y estructura que presenta el título que nos ocupa no dejarán indiferente a nadie y que supondrá un broche dorado para cerrar la generación actual de PS4 por todo lo alto.