No hay duda en que The Last of Us Parte 2 es uno de los juegos más esperados de este año 2020. No es para menos, puesto que ya han transcurrido siete años desde que la entrega original aterrizó en nuestras consolas para permitirnos experimentar una aventura jugablemente atrayente y con una historia y unos personajes que pasarían a formar parte de nuestros corazones. Debido a las ganas que todos tenemos de la secuela que Naughty Dog ha preparado, en el texto en el que estás a punto de embarcarte encontrarás unas primeras impresiones del apartado jugable de esta segunda parte.
En concreto, se trata de un fragmento de juego determinado y lo que podemos comentar está bastante limitado. Aun así, os invitamos a descubrir qué novedades principales presenta The Last of Us Parte 2 en su apartado jugable y cómo Naughty Dog ha aplicado todo lo que han aprendido con las últimas entregas de la saga Uncharted para crear su obra más ambiciosa y extensa hasta la fecha. Bienvenidos, de nuevo, al universo de The Last of Us.
El capítulo del que podemos hablar es el que se vio, en cierta medida (ya que es bastante más amplio), en el último State of Play dedicado al juego. Ellie se encuentra sola debido a una serie de circunstancias argumentales que han sucedido recientemente y su misión es “encontrar a Nora”, su siguiente objetivo. Por ello, esta sección de aproximadamente dos horas de duración no presenta un gran peso narrativo y supone un puente jugable entre dos escenas importantes en la trama. Con ello nos referimos a que, debido a realizar esta misión en solitario, Ellie no tendrá nadie a su lado con quién comentar los sucesos que vayan ocurriendo ni nadie que la ayude a superar los puzles de escenario y las batallas con las que se encuentre, algo que acrecentará la sensación de soledad que nos transmite a menudo The Last of Us 2.
Debido a controlar a una joven Ellie de 19 años, el estilo de juego cambia ligeramente para hacerla mucho más ágil y capaz de esquivar los ataques enemigos cuerpo a cuerpo, además de poder moverse por los escenarios casi como si de Lara Croft o Nathan Drake se tratara. Con esto nos referimos a que en esta secuela se han introducido una amplia variedad de nuevas mecánicas de movimiento como el poder balancearnos con la ayuda de una cuerda para llegar a un lugar alejado o el realizar saltos prácticamente imposibles y muy cinematográficos.
A pesar de que en un inicio podamos pensar que este aspecto resta realismo y credibilidad, hemos de señalar el buen trabajo que ha realizado Naughty Dog en este sentido para permitirnos sentir el peso de cada salto y el hecho de que estamos controlando a una adolescente de carne y hueso y no a una súper heroína. Por ello, deberemos medir cada paso que demos, ya que el mundo post-apocalíptico que presenta The Last of Us está cargado de peligros y amenazas.
Aun así, los escenarios abiertos que presenta la obra (muy al estilo de Uncharted: El Legado Perdido) nos invitan a que los exploremos al detalle, ya sea para encontrar parte del ingente número de ítems coleccionables que presenta el juego o simplemente por descubrir si podemos romper esa vidriera para llegar a la parte alta de ese edificio. Es decir, por la curiosidad que nos despiertan unas localizaciones amplias y repletas de posibilidades, con detalles cuidados al milímetro. Cabe añadir también la importancia de la verticalidad que hay en The Last of Us 2. Mientras que en el primero los escenarios y la progresión por los mismos era bastante más lineal y horizontal, en la secuela se han expandido en gran medida los horizontes de las áreas que visitamos para permitir a los jugadores el perderse en ellas durante horas y descubrir algo nuevo en cada ocasión. Ya habrá tiempo de entrar a valorar, en el análisis completo, si esto es algo que perjudica al ritmo de la narrativa y a su avance.
Tan solo en la sección jugable que nos ocupa ya encontraremos varios tipos de enemigos. Para empezar, al adentrarnos en un oscuro hotel, camino al hospital que tenemos como destino, nos encontraremos encerrados junto a una serie de peligrosos acechadores, un nuevo tipo de infectados. Son más inteligentes que los corredores y los chasqueadores, ya que nos esperarán en las esquinas para sorprendernos, asustarnos y atacar. Esto crea situaciones de tensión en las que tenemos que avanzar sigilosamente y escuchando cada sonido del ambiente con tal de detectar su presencia a tiempo para poder realizar bajas sin que alerten al resto de criaturas y evitar que nos rodeen. Aún si esto ocurre, siempre tenemos la opción de huir del lugar al salir corriendo.
Esto no se aplica a todas las situaciones de batalla, ya que si nuestros adversarios son soldados humanos acompañados por perros no será tan fácil escapar si ser detectados. Debido al buen olfato de los canes, aunque nos arrastremos por la hierba alta y nos refugiemos debajo de coches para evitar que nos vean, nos podrán detectar siguiendo nuestro rastro. Con ello se producen situaciones diversas en cada ocasión y se aporta un punto de rejugabilidad que nos invita a darle más vueltas al capítulo con tal de buscar una nueva forma de enfrentarnos a cada escena y situación. A pesar de que el desenlace final vaya a ser siempre el mismo, la forma de llegar hasta ahí puede cambiar en función de si usamos el sigilo, la acción desenfrenada a base de tiros o la huida para atravesar toda una peligrosa área corriendo y con el corazón a mil.
Los enemigos también reaccionarán a nuestras acciones y aquí encontramos una IA mejorada que, sin llegar a ser perfecta, sí notamos que han trabajado con tal de dotar a los NPC de un realismo mucho mayor. Por ello, no siempre se dejarán engañar por el ruido que produce una botella de cristal o un ladrillo que acabamos de lanzar, sino que patrullarán la zona con cuidado y girándose a menudo para ver si alguien les va a sorprender por la espalda. Además, el hecho de que los enemigos cuenten con nombre propio hará que sus compañeros lo llamen cuando detecten al cadáver, algo que les hará tornarse más precavidos y estar alerta en lugar de quedarse al lado de su aliado caído observándolo y esperando a que el cuchillo de Ellie les haga correr el mismo destino.
Para enfrentarnos a estos enemigos contamos con un amplio arsenal de armas a nuestra disposición. En este punto de la aventura ya podemos tener desbloqueadas la pistola, rifle, escopeta, arco, revólver y algunas complementarias como cócteles molotov o bombas de humo. El mejorarlas dependerá de los manuales de entrenamiento que encontremos y la forma en la que repartamos los puntos disponibles que vayamos obteniendo. Por ello, si decidimos jugar de forma más sigilosa, será recomendable obtener habilidades que potencien el modo escucha y las armas que ayudan a este enfoque, mientras que si somos de los que preferimos el lado shooter del juego podremos mejorar las armas e incluir diversos complementos para mejorar su cadencia de disparo, ampliar el tamaño de sus cargadores y demás parámetros.
No hay una vía clara e infalible a seguir, por lo que lo recomendable es encontrar la forma de jugar con la que nos sintamos más cómodos y avanzar por el nivel hasta conocer cada uno de sus rincones con tal de dominar el área y que seamos nosotros quienes sorprendan a los enemigos. En este sentido, podemos afirmar que tenemos entre manos una versión mejorada del sistema jugable que experimentamos en el The Last of Us original, con muchas más posibilidades y formas de resolver cada situación respecto a la linealidad que presentaba el primero.
Como podéis ver en el gameplay e imágenes adjuntas, gráficamente luce impresionante y deja claro que nos encontramos en la recta final de una generación que PlayStation 4 cerrará por todo lo alto. En nuestro caso lo estamos jugando en una PS4 normal y sin HDR y aun así nos está sorprendiendo la calidad gráfica de la obra y la infinidad de detalles que presenta y que podemos pararnos a observar con detenimiento en cada momento. Gracias a esto, el salto entre cinemáticas y escenas jugables es muy suave y por ello sentimos constantemente que estamos “jugando a una película”.
Técnicamente nos ha sorprendido lo bien que aguanta los 60 FPS en prácticamente todo momento, asegurando una fluidez constante al jugar. Las pocas pantallas de carga que presenta suelen estar colocadas entre capítulos, por lo que no hay grandes cortes en el transcurso de los mismos. A pesar de encontrar algún pequeño bug o glitch, no se trata de nada grave que bloquee a los personajes e impida la progresión, por ejemplo. Las animaciones están a otro nivel, con una Ellie muy expresiva que reacciona a cada suceso y sus pensamientos se reflejan en su rostro como un libro abierto. El motion capture que han utilizado para dar vida a los personajes en esta secuela los hace todavía más reales que en la entrega original. Es algo que podemos comprobar en todo momento si, por ejemplo, acabamos con un enemigo en modo sigilo con ayuda de la navaja, y giramos la cara para ver la violencia que expresa el rostro de Ellie al rebanarle el cuello a su adversario.
Su apartado sonoro también es digno de un gran aplauso. Todavía no entraremos a valorar en profundidad la ingente cantidad de opciones de accesibilidad que Naughty Dog ha implementado en el título, pero sí podemos mencionar que Robert Krekel, líder del diseño de sonido del juego, explicó en su cuenta de Twitter personal cómo puedes completar el título tan solo guiándote por el sonido. Con esto os podéis hacer una idea de hasta qué punto están cuidados los efectos auditivos, que se suman a un gran plantel de actores y actrices de doblaje para acercarnos una obra inmersiva y con una banda sonora que nos emocionará, capitaneada una vez más por los acordes de guitarra de Gustavo Santaolalla.
The Last of Us Parte 2, por ahora y sin haberlo completado todavía, está cumpliendo la promesa que Naughty Dog nos hizo a todos los jugadores: ser su creación más ambiciosa hasta la fecha. Tan solo en este segmento jugable de unas dos horas del que hablamos en este texto ya podemos darnos cuenta de la calidad que desprende el juego que tenemos entre manos por todos sus poros. A pesar de sacrificar un tanto el peso de la narrativa al mandar a Ellie sola en su misión, la variedad de situaciones jugables que nos plantea este capítulo es asombrosa. Con ello, dejan en manos del jugador la forma de enfrentarse a cada tipo de enemigo y zona y se añade un punto de rejugabilidad que nos invita a explorar nuevas vías de acción.
Todavía nos queda un largo camino por recorrer hasta poder disfrutar del tramo final de The Last of Us Parte 2 y mucho por hablar y analizar. Por ello, os invitamos a reunirnos de nuevo el próximo viernes 12 de junio a las 9:01h (CEST), momento en el que podremos publicar un extenso análisis de esta gran obra que tenemos entre manos.