Marina Castaño se ha sentado en 'Viajando con Chester' para hacer su entrevista más sincera con Risto Mejide. La viuda de Camilo José Cela ha hablado de la relación que mantuvo con el escritor pasando por cómo se conocieron, lo mucho que se entendían y cómo su relación salió a la luz, entre otras cosas.
La invitada del programa relata cómo conoció a Camilo José Cela en un Congreso de Folcrore de Nacionalidades Históricas en 1986. Ella estaba casa y tenía una hija pequeña. Al escritor se lo presentó un consejal del ayuntamiento de A Coruña, amigo de él y lo primero que el escritor le dijo es que estaba indignado con el baño del hotel en el que se hospedaba en aquel momento.
"Ahí no ligó nada conmigo. Yo no sentí nada. Ligó en el amuerzo que hubo después, desde la mesa de al lado me miraba. Esa noche hubo una cena, en esa mesa decía una cosa que escandalizaba y me miraba para que efecto había hecho mi cara. Terminó esa cena, me fui con un grupo de periodistas a tomar copas. A la hora del amuerzo en el Convento de San Francisco, en la mesa me dijo que me pusiera a su lado", relata ella sobre sus inicios.
Marina cuenta que se sentó a su lado, pero ella no podía pensar que pudiera pasar algo más allá, aunque era un seductor, pero todo pasó lo que les llevo a tener una larga relación: "Nos sentamos y me rozaba la mesa por debajo de la mesa, rodilla con rodilla. Yo pensaba que no podía ser, pero él lo estaba haciendo aposta. A partir de ahí la eternidad, me llamaba todos los días a la radio. A partir de ahí nuestros 17 años de vida".
Además, cuenta cómo conoció a uno de los amores de la vida de Camilo, Amelia Góngora: "Él no me habló de otra persona que no fuera ella. Quedamos con ella y su marido a cenar en Madrid. Fue bonito y ella me dijo: 'No sabes como te admiro, tú conseguiste yo lo que nunca conseguí, enamorar a este hombre tan profundamente para que se casase contigo".
En el año 1989 le entregaron el Nobel, una ceremonia a la que le acompañó Marina Castaño y no Rosario Conde, la que fuera su mujer. "Él dijo que iba a recoger el premio con una mujer que no es mi mujer legítima, pero lo será", cuenta Marina sobre este momento. Explica que ya vivían juntos desde hace un año: "Vivimos en la clandestinidad, encontrándonos en diferentes sitios. Hubo un día que me preguntó si estaba dispuesta para dejarlo todo e irnos juntos, le dije que sí. Pedí una excedencia, yo estaba convencida de lo que estaba haciendo, tenía plena seguridad. Un día me dijo: 'te pongas como te pongas somos inevitables".
Además, cuenta cómo se hizo pública su relación: "Se hizó público el verano anterior a la ceremonia de los Nobel. Aparecimos en la portada en una revista, habíamos ido a una cosa a Santander, hubo un momento que le estaba limpiando la boca y un fotógrafo nos hizo una foto. Aquello fue una escadalera bárbara, sobre todo para mi familia".
Aunque explica que su madre lo sabía, pero no lo llevaba a entender y su padre había fallecido, algo con lo que hace una reflexión: "No sé si hubiera estado vivo me hubiera atrevido a dar el paso".