Un día más, el hostelero Manuel Fernández ha abierto su restaurante y una vez más, la policía se ha personado para proceder a multarle. Nuestra reportera Natalia Lombardo se ha desplazado hasta allí para saber qué estaba pasando y ha podido comprobar que el restaurante se llena a diario y que Manolo se ha quedado sin comida de tanta gente que ha entrado.
El hostelero ha querido pedirle perdón a Risto por haberse alterado tanto con él en la conexión anterior, pero el presentador lo ha entendido. Él sigue empeñado en su postura y tiene claro que no pide a nadie que le siga pero sí, que él no tiene otra opción para dar de comer a los suyos.
Después de hablar con José Luis Yzuel, Presidente Asociación Española de Hostelería y de que este le recomendara cerrar el bar y continuar la lucha por otros medios, Manolo tiene claro que él no puede esperar “Mientras tanto, ¿Qué?”. Y es que parece que el hostelero se hace las preguntas correctas, pero sus formas se están enfrentando a la Ley “Lo ha clavado, es lamentable que se tomen medidas y no diga la administración cuales son las medidas que se van a tomar… hay que pedir que nos den explicaciones”, aseguraba Yzuel.
Risto Mejide ha querido conocer a Matilde, la esposa de Manolo y saber qué le parecía la locura que estaba cometiendo su marido. Cuando se enteró asegura que “Me acojoné porque sabía lo que iba a venir, pero tengo tres hijos y tengo que darles de comer… El covid anterior me ha dejado una deuda muy grande y tengo que tirar para a delante porque es lo único que tengo para darles de comer”.
Ante la posibilidad de que su restaurante provoque un brote de covid, ella tiene claro lo que harían “No nos quedaría otra que cerrar, estamos cumpliendo con todas las normas… De hecho hoy hemos tenido que echar a gente porque transgredíamos las normas de seguridad”. Pero convencidos de que lo están haciendo “bien”, apoya a su marido en su lucha “Yo siempre le he defendido, yo estoy con mi marido hasta que me muera”.
Eso sí, Manuel Fernández parece tener respuestas para todo y estar dispuesto a luchar para dar de comer a su familia, pero no invita a nadie a seguirle y reconoce abiertamente que tiene miedo: “¿Tú te crees que yo no estoy asustado? Que te crees que cuando viene la poli no me asoma la tortuga”.