Después del primer fin de semana con la hostelería cerrada en Cataluña por orden de la Generalitat, Risto Mejide ha conectado en directo con Manuel Fernández, un hostelero catalán que ha hecho oídos sordos a la orden y que ha abierto a pesar de las restricciones. Un acto insumiso que según él mismo ha explicado le ha supuesto “Dos multas de 30.000€ cada una”.
Risto Mejide ha querido que el empresario nos explicara por qué había actuado de esa manera sabiendo que atravesamos una pandemia mundial y que se toman medidas por la situación de emergencia sanitaria que estamos volviendo a atravesar. El hostelero asegura que él necesita su establecimiento para vivir, que no encuentra la “diferencia que hay entre mi local y un supermercado” y pide a las autoridades que le paguen por lo menos los gastos que eso les supone, olvidando lo que podría haber ganado.
El presentador estaba entendiendo los motivos del hostelero, pero no podía entender sus formas y ante la vehemencia de Manuel le ha soltado un “Hay que cumplir la Ley, esto no es el Lejano Oeste”. Un comentario que ha encendido más el enfado del hostelero “El Gobierno me asegura que yo estaré vivo cuando se cumpla la Ley… Yo estoy procurando un pan para mi mujer y mis hijos, y si me tengo que saltar la Ley, me la salto”.
Manuel ha dejado claro con mucha ironía que todavía no había pagado las multas “Yo tengo aquí el dinero suelto y cuando viene la poli le doy los 30.000 pavos” y le ha explicado al presentador que los clientes siguen entrando en su local: “Ha venido muchísima gente, he hecho una caja decente… para llevar y para tomar aquí”.
Eso sí, para Manuel Fernández la seguridad de sus clientes es lo primero y se ha informado y encargado que sus clientes no tengan repercusiones: “Ha venido la policía y los ha identificado. Yo les explico cuando entran que la policía les puede pedir la documentación, pero yo ya he hablado con la policía y les he pedido que no les ponga multa porque el responsable de todo esto soy yo… Me he informado y me han asegurado que la gente que viene a mi local no tiene por qué ser multada, podrían ser llamados como testigos en casa de juicio”.
Manuel está harto y aunque le ha dado la razón al presentador de que sus formas no son las adecuadas y que quizás debería respetar las leyes en un momento tan grave como el que vivimos de pandemia mundial, él quiere continuar con su lucha: “Hay muchos borregos por ahí, le digo al Gobierno que Manuel Fernández no es ningún tonto… El cura me dijo que tenía que mantener a mi mujer y a mis hijos, y es lo que hago, soy muy obediente”.