En ‘Todo es mentira’ conocemos la historia de Sagrario Ferrera, una nueva paciente que denuncia públicamente haber sido atendida por videollamada en las urgencias de un hospital público de Madrid.
El 8 de agosto Sagrario Ferrera acudió al hospital Rey Juan Carlos de Móstoles por un dolor “extraño” en el glúteo irradiado a sus dos piernas, “se me duerme la pierna izquierda”. Al entrar en la sala se sentó en una silla para ser atendida desde una pantalla, “en ese momento te quedas como si te hubieran echado un jarro de agua fría”.
No solo eso, según relata la denunciante, tuvo un trato más bien de “reproche”, ya que la médico preguntaba “por qué no has ido a tu médico de cabecera”. Efectivamente, tenía cita para el 2 de septiembre, pero “no podía esperarme. Yo no me encontraba bien, estaba fatal”.
Además, cuenta con gran incredulidad que el médico “estaba en el salón de su casa”. Una sanidad a distancia que hace el diagnóstico con la vista, “levántate de la silla y señálame dónde te duele, esa fue su forma de mirarme”.