‘Las cintas de Franco’ esconden numerosos testimonios y en esas 32 grabaciones de 1977 hay uno muy revelador, el del capellán y confesor Monseñor José María Bulart, que se sinceró sobre la depresión que pudo padecer el dictador.
El que fue confesor de Francisco Franco durante cuarenta años aseguraba que hubo dos episodios que marcaron la vida del caudillo: la muerte de Carrero Blanco y un accidente que estuvo a punto de costarle la vida a él mismo. Esos dos sucesos fueron los golpes definitivos que sacudieron la vida del dictador.
“Lo que llevó a Franco a la postración, la caída y esa depresión fue la herida en la mano y, después, la muerte de Carrero Blanco (…) Llegó a tener una obsesión con que su accidente podía haber sido fruto de un atentado”, declaraba el capellán.
Sobre el accidente que tanto afectó a la vida de Francisco Franco, su confesor decía: "Fue muy doloroso aquello, yo creo que tuvo una depresión (...) Garaizabal intentó conservarle todos los dedos de la mano pero, quizás, le hubiera ido mejor si le hubiera cortado uno de los dos dedos”.