Cinco trabajadores de un centro de atención a menores de Zaragoza han sido detenidos por delitos de lesiones, torturas, atentados contra la integridad moral, corrupción de menores, agresión sexual y pertenencia a grupo criminal. La jueza del caso ha considerado de extrema crueldad estos hechos.
La investigación ha arrancado después de que una madre de las internas pusiese una denuncia sobre lo ocurrido en este lugar. En 'Tiempo al tiempo' se ha podido averiguar el tipo de torturas que sufrían estos jóvenes menores de edad en el centro. José Luis Vidal las ha enumerado.
"Quemar cigarrillos en la piel, forzar a los menores a mantenerse de pie con los brazos en alto durante varias horas, agresiones sexuales y el asunto llega hasta tal punto que trasciende más aún cuando se dieron cuenta las familias de los denunciantes que el director del centro estaba dispuesto a falsificar informes médicos", ha explicado el periodista.
El director del centro de atención a menores ha falsificado estos informes médicos para ocultar el trato vejatorio que recibían los jóvenes. Javier Urra, el que fue defensor del menor en Madrid ha analizado el caso y ha opinado sobre los hechos. El psicólogo ha comentado que hay medidas para tratar a los menores.
"Las medidas están muy tasadas, se sabe lo que se puede hacer. No se les puede golpear, pero sí contener", ha recalcado el exdefensor del menor. "Cuando un chaval está muy mal, normalmente, más de dos profesionales lo cogen y lo dejan en el suelo de manera que no pueda golpear con los brazos y las piernas", ha explicado Javier sobre la forma de actuar.
El exdefensor del menor ha advertido de que debe de haber cámaras en ese momento: "Normalmente hay unas cámaras para que todo quede grabado y se puede llevar al juez y decir 'esta era la circunstancia. Este niño estaba absolutamente violento contra los educadores, contra sus compañeros o contra sí mismo".
Javier Urra ha vuelto a dejar claro que eso es contener: "Pero una cosa es contener y otra cosa es torturar. ¿Hay casos en que hay que llevar a un menor para que esté solo? Sí. ¿Eso quiere decir dejarle en un sitio solo y cerrar la puerta? Categóricamente, no. Es un lugar donde tiene que bajar un poco ese ritmo, esa cólera, esa ira, donde hay alguien muy próximo, donde se le ve".
Javier Urra ha determinado que el juez tiene que valorar las acciones de los trabajadores para ver si se estaba conteniendo o torturando a los menores: "En un caso como este, lo que hay que ver y un juez lo verá con el abogado, el fiscal y la familia es ¿se han puesto las medidas suficientes, se estaban haciendo las cosas razonablemente bien?"