Isern ha venido a ‘First Dates’ a buscar la pieza que le falta a su relación abierta y ha encontrado a Lola Pistola, una sexóloga de mente abierta y pistola rosa, que le ha dejado en shock. Los solteros han hecho un match casi, casi tan fuerte como el de Egea y Javier en la mesa de al lado.
Lola es educadora sexual, tiene 27 años, pero en ocasiones siente que tiene “87 y otras, que soy un bebé”. La soltera siente que tiene diferentes momentos en su personalidad y la que ha elegido para encontrar el amor en ‘First Dates’ es la de ‘Lola Pistola, la bandida del amor’. De hecho, ha sacado una pistola rosa de plástico y le ha lanzado un par de disparos de amor a Sobera. En el amor, es muy intensa y le gusta vivir la vida con todo. Ha mantenido relaciones abiertas y asegura que le han funcionado.
Isern, su cita en ‘First Dates’, forma parte de una pareja abierta y hace bastantes años que están conociendo a otras personas. En su relación puede encajar cualquier persona, da igual que sea chica, chico o una persona transgénero. Al verle, Lola se ha fijado en su chaqueta de colores y no se ha resistido a probársela. Los dos se han gustado mucho y han comenzado la cita comparando el color de sus uñas.
La cena ha comenzado explicándose sus pronombres y les ha encantado que fueran “ella o elle”. Los dos están en el paro, pero Lola le ha contado que ella educadora sexual y que tenía una parte artística, en la que destacaba el postporno, las performances… A él le ha encantado porque la ha visto como “un alma libre” y le ha contado que le habían propuesto una orgía diversa y que no aceptó porque no se conocía tanto sexualmente.
Isern le ha dicho que le encantaba bailar, pero que ahora prefería las fiestas de día “las fiestas de techno es dónde más buen rollo he encontrado yo con la gente”. Lola igual baila techno que salsa y le ha encantado. El soltero le ha ofrecido probar su risotto y ella le ha dicho que mejor no porque el arroz por la noche le hacía tapón. Le ha comenzado a hablar con mucha naturalidad de temas escatológicos “los catalanes somos mucho de hablar de mierda y pedos sin tapujos…”, y él le ha dado la razón “todo lo que te aguantas se te sube a la cabeza y te salen ideas de mierda”.
Lola le ha confesado que le había prometido a su madre que no iba a hablar ni de mierda ni de pedos, pero no lo ha conseguido. Isern le ha dicho que tenía una relación abierta desde 8 años y a Lola le ha encantado porque eso le habla de una persona con mucha madurez. El soltero le ha dicho que era algo que les hacía felices y ha sentido que “Lola me encaja como la última pieza del puzle que estaba buscando”.
En el reservado, los solteros se han conocido mediante besos húmedos poco normativos y han conectado a la perfección al ritmo de la música. Él ha tenido claro que Lola era lo que estaba buscando y ella ha sentido que tenían códigos compartidos, y que se lo podían pasar muy bien juntos. De hecho, no ha dudado en sacar su pistola y lanzarle unos disparos de amor.