Los efectos de la DANA siguen pasando factura en los negocios afectados: "Me parte la vida por la mitad"

La DANA sigue siendo el día a día de los damnificados. Desde el pasado 29 de octubre, la normalidad ha quedado extinta. Las localidades azotas siguen destrozadas, miles de familias siguen con las marcas de barro en sus hogares y numerosos negocios han tenido que echar la persiana de forma definitiva. Un total de 275.000 trabajadores y 64.104 empresas se vieron afectadas por la riada. Según informa Manu Reyes en el video, muchos de los negocios que han conseguido abrir, siguen sufriendo las consecuencias de la catástrofe. 

Han pasado más de cinco meses, un total de 153 días desde la trágica tarde de la DANA y la normalidad ni está, ni se la espera, por lo menos en un corto periodo de tiempo. Cerca de 1.000 negocios desaparecieron con el torrente de agua, llevándose consigo una vida de esfuerzo, sacrificio e inversión. 

La mercería de Prado, en Paiporta, fue una de las afectadas. La riada destrozó el negocio en apenas unos minutos: “Aquí había unos 300.000 euros metidos seguro. Es una mercería - lencería de 200 metros cuadrados”. Los dueños no se plantean reabrirla: “La pérdida es tan brutal que no podría, tendría que meterme en un préstamo que no terminaría de pagar”. 

Muchos de los negocios han podido reabrir gracias a los voluntarios

Otras empresas corrieron mejor suerte y pudieron abrir gracias a la ayuda de los vecinos con extremo esfuerzo: “Gracias a la ayuda del pueblo y a que los clientes son muy fieles pudimos abrir”, comenta Jorge Castro, propietario de una barbería de Picaña, otra de los municipios que más daños ha registrado.  

Detrás de los negocios que han podido subir la persiana de nuevo hay cientos de horas de esfuerzo y miles de euros que se han invertido con tal de levantar la empresa: “La inversión ha sido muy grande. Estuvieron un mes y medio de obras y a finales de febrero, volvimos a empezar”, comenta Amparo Frasquet, dueña de la churrería Paquito. Sin embargo, tras todo el sacrificio puesto en los negocios, hay muchos que se encuentran en la cuerda floja por los daños de las DANA. 

Los técnicos se encuentran inspeccionado todavía las infraestructuras de establecimientos afectados

La riada dejó las infraestructuras destrozadas y daños irreparables en varios establecimientos. Aunque hayan podido abrir, nada les garantiza que en unos meses les obliguen a echar el cierre: “Vinieron unos técnicos del ayuntamiento a ver un agujero que resulto ser una bajante de la finca y aguas fecales. Ahora estamos en la incertidumbre de que tienen que abrir el suelo para ver si está dañada la estructura o no, no lo sabemos”. 

El cierre del negocio podría ser inminente: “Si estuviese dañada, nos tenemos que ir de aquí”. No solo estaría dañado el edificio, sino la esperanza de todos los trabajadores que levantan día a día la empresa: “A mí me parte la vida por la mitad, me queda mucho todavía por trabajar y por hacer, ¿qué hacemos?” 

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