Desde tiempos inmemoriales, los eclipses solares han cautivado a la humanidad. Algunas civilizaciones antiguas como los mayas, los chinos o los babilonios, creían que estos eventos astronómicos eran señales divinas, presagios de cambios drásticos o incluso, advertencias de los dioses.
En la actualidad, gracias a la ciencia, sabemos que un eclipse solar ocurre cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, bloqueando parcial o totalmente la luz solar. De todos modos, aunque comprendamos el fenómeno, sigue siendo un espectáculo impresionante que despierta la curiosidad de millones de personas alrededor del mundo.
Sin embargo, también es un evento que puede representar un riesgo si no se es observado con las precauciones necesarias. Durante muchos años, los médicos y oftalmólogos han advertido sobre los peligros de mirar directamente el Sol sin la protección adecuada, sobre todo, durante un eclipse solar.
Cuando se mira el Sol sin la protección adecuada puede quemar las células de la retina. Ésta se sitúa en la parte posterior del ojo y es la responsable de convertir la luz en señales eléctricas que el cerebro interpreta como imágenes. Lo que sucede cuando se quema la retina, es que, como ésta no tiene receptores de dolor, es muy probable que la persona no sea consciente del daño que se está produciendo en ese momento, se suele dar cuenta cuando comienzan a aparecer los síntomas de daño visual ocasionados por los rayos solares como pueden ser la visión borrosa o la distorsión de los colores.
Durante un eclipse solar, la disminución de la luminosidad puede llevarnos a subestimar el peligro de mirar el Sol sin protección en los ojos. Lo que hay que tener en cuenta es que la exposición a los rayos ultravioleta (UV) y otros tipos de radiación solar siguen siendo extremadamente peligrosos. La pupila humana reacciona a la luz visible, y no se contrae adecuadamente ante otras radiaciones invisibles, lo que hace que se incremente el riesgo de daño ocular durante un eclipse.
Para poder disfrutar de un eclipse solar sin que la salud ocular se vea comprometida, es fundamental utilizar métodos de observación seguros y que estén aprobados por expertos en la materia.
Gafas para eclipses certificadas
Existen gafas que están diseñadas específicamente para observar eclipses solares. Suelen estar equipadas con filtros que bloquean la radiación solar dañina. Es esencial asegurarse de que estas gafas cumplen con la norma ISO 12312-2, la cual certifica que son eficaces y aptas para la observación solar directa. Antes de utilizarlas, se recomienda que se inspeccionen las gafas para asegurarse de que no están dañadas, rayadas o perforadas, ya que pueden restar eficacia a las lentes.
Las gafas de sol convencionales no son aptas para mirar el sol directamente, aunque éstas sean muy oscuras y cuenten con protección UV, no son seguras para ello y por tanto, hay muchas posibilidades de sufrir alguna lesión ocular.
Filtros para instrumentos ópticos
Los eclipses solares también se pueden observar a través de telescopios, binoculares o cámaras, pero es imprescindible que estos dispongan de filtros solares especiales que se puedan ajustar a la parte frontal de estos dispositivos. Estos filtros tienen que quedar firmemente sujetos para evitar que puedan caerse durante la observación. Nunca se debe mirar un eclipse a través de un dispositivo óptico sin que tenga el filtro adecuado, ya que estos instrumentos pueden concentrar la luz solar y hacer que el daño ocular sea aún más grave.
Proyección estenopeica
La proyección estenopeica es una técnica muy sencilla y segura que permite observar el eclipse sin mirar directamente al Sol. Éste consiste en crear un pequeño orificio en una tarjeta o cartón y proyectar la imagen del Sol en una superficie plana, como otra tarjeta o directamente en el suelo. Este es un método especialmente útil como actividad educativa para los niños en el colegio o casa, y también una forma muy económica de disfrutar de este fenómeno sin riesgos.
Filtros de soldadura de grado 14
Estos filtros de soldadura con un índice de opacidad del número 14 también son adecuados para la observación directa del Sol, debido a que están diseñados para bloquear la radiación dañina y permiten una visualización segura del eclipse. Es fundamental asegurarse de que el filtro está en buenas condiciones y que no tiene grietas o daños que puedan comprometer su eficacia.
Hay algunas prácticas que, aunque hayan ganado mucha popularidad, no son para nada seguras y, por tanto, se deben evitar si no se quiere tener riesgo de sufrir daño ocular. Un ejemplo son las gafas de sol convencionales, que aunque se piense que tienen la suficiente protección, no es así, ya que no pueden proteger de la radiación solar intensa.
Por otro lado, están los filtros caseros entre los que se encuentran los vidrios ahumados, películas de rayos X, CDs o filtros fotográficos que no son capaces de bloquear de manera adecuada los rayos ultravioleta.
Por último, nunca se debe observar de manera directa y sin protección un eclipse solar, ya que, incluso durante la fase parcial del eclipse, si se mira al Sol sin protección puede resultar extremadamente peligroso.