¿Qué debo hacer cuando tengo fiebre?

La fiebre es una respuesta natural del organismo ante infecciones o enfermedades, actuando como un mecanismo de defensa para combatir agentes patógenos. Aunque puede generar preocupación, en muchos casos no resulta peligrosa y es suficiente con realizar una serie de cuidados en el hogar. 

Pero lo primero es dejar claro qué es la fiebre. Se define como un aumento de la temperatura corporal por encima de los valores normales, generalmente superiores a 38 °C. Este incremento es una señal de que el cuerpo está respondiendo a una infección, inflamación u otra condición médica. Es importante ser conscientes de que la fiebre en sí misma no es una enfermedad, sino un síntoma de un proceso subyacente.

Para determinar si se tiene fiebre se debe medir la temperatura corporal con un termómetro. Los termómetros digitales son los más recomendados por su precisión y facilidad de uso. La temperatura puede medirse en diferentes partes del cuerpo: oral, rectal, axilar o timpánica. Cada método tiene rangos de normalidad ligeramente distintos, por lo que es importante seguir las instrucciones del dispositivo y tener en cuenta el método utilizado al interpretar los resultados.

Qué hacer cuando se tiene fiebre

  • Descanso: Es fundamental permitir que el cuerpo descanse para dirigir energía hacia la lucha contra la infección. Evitar actividades físicas intensas y procurar dormir lo suficiente.
  • Hidratación: La fiebre puede provocar pérdida de líquidos a través del sudor, aumentando el riesgo de deshidratación. Se recomienda consumir abundante agua, infusiones o caldos claros para mantener una hidratación adecuada.
  • Ropa Adecuada: Usar ropa ligera y mantas livianas. Evitar abrigarse en exceso, ya que esto puede elevar aún más la temperatura corporal. Si se experimentan escalofríos, cubrirse con una manta ligera hasta que pasen.
  • Alimentación: Tomar alimentos fáciles de digerir, como sopas, caldos y frutas. Evitar comidas pesadas o difíciles de digerir que puedan generar malestar.
  • Baños Tibios: Tomar un baño con agua tibia puede ayudar a reducir la temperatura corporal y proporcionar alivio. Evitar el uso de agua fría, ya que pueden causar escalofríos y ser perjudicial.

Los medicamentos antipiréticos

Los medicamentos antipiréticos, como el paracetamol (acetaminofén) y el ibuprofeno, pueden ser útiles para reducir la fiebre y aliviar el malestar. Es importante seguir las indicaciones del prospecto y no exceder en ningún caso la dosis recomendada. Para adultos, el paracetamol es una opción tan segura, como efectiva. El ibuprofeno también resulta efectivo, pero debe usarse con precaución en personas con problemas gastrointestinales o renales. La aspirina no se recomienda en niños y adolescentes debido al riesgo de síndrome de Reye.

Cuándo consultar con tu médico

Aunque la fiebre es común y, en muchos casos, no representa un peligro, existen situaciones en las que es necesario buscar atención médica. En adultos, si la fiebre supera los 39.4 °C, persiste por más de tres días, o se acompaña de síntomas como dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, dificultad para respirar, dolor abdominal severo, erupciones cutáneas, confusión o convulsiones.

En el caso de bebés menores de 3 meses con una temperatura rectal de 38 °C o más, se debe consultar al médico de inmediato. Para niños de 3 a 6 meses con fiebre de hasta 38.9 °C, se recomienda observar y asegurar una adecuada hidratación; si la fiebre supera los 38.9 °C o el niño está irritable o letárgico, se debe buscar atención médica. En niños de 6 meses a 2 años, si la fiebre supera los 38.9 °C y dura más de un día sin otros síntomas, es aconsejable consultar al pediatra.

Además, si la fiebre en un niño se acompaña de síntomas como llanto inconsolable, dificultad para despertar, erupciones cutáneas, dificultad para respirar, rigidez en el cuello, o convulsiones, se debe buscar atención médica de inmediato.

En definitiva, la fiebre es una señal de que el cuerpo está combatiendo una infección, y en la mayoría de los casos no representa un peligro inminente. Sin embargo, es fundamental saber cómo actuar ante ella para evitar complicaciones. El reposo, la hidratación y la vigilancia de los síntomas son las claves para manejar adecuadamente un episodio febril. Además, seguir hábitos saludables y mantener las vacunas al día puede reducir el riesgo de enfermedades infecciosas que provocan fiebre.

Si la fiebre persiste, es alta o se acompaña de síntomas graves, es importante consultar con un profesional de la salud para recibir un diagnóstico y el tratamiento adecuado.

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