Los expertos alertan de que la gripe aviar pueda ser la próxima pandemia. Su rápida mutación y propagación preocupa entre la comunidad científica. El virus ya ha llegado a todo el planeta, incluyendo la Antártida. Un grupo de investigación del CSIC liderado por Antonio Alcamí, ha podido ratificar a bordo de un velero la proliferación de la gripe aviar en el continente en casi todas las especies que lo habitan.
Once tripulantes y seis semanas navegando, así ha sido la expedición de un equipo del CSIC a la península Antártica, las islas Shetland del Sur y el mar de Weddell en busca del virus de la gripe aviar. Hace un año, el equipo de investigadores descubrió que el virus había entrado a la Antártida, pero ahora han confirmado su frenética propagación.
Los científicos han verificado que “el virus está presente en 13 especies animales, lo que significa que el virus se ha extendido muchísimo”, según explica Antonio Alcamí, virólogo del CBMSO - CSIC. Estas son la mayoría de las especies que conviven en el continente: "Tres especies de pingüino, aves voladoras como gaviotas, cormoranes o págalos y mamíferos marinos como focas”.
La gripe aviar ha sido detectada en un total de 188 animales y de 27 sitios muestreados, “el virus estaba presente en 24”. Los científicos han registrado en la expedición más de 1.300 animales, han tomado más de 3.000 muestras y han realizado pruebas PCR en 745 animales.
El velero en el que se embarcaron se convirtió en un laboratorio de diagnóstico molecular por PCR en tiempo real y de secuenciación del virus donde volvían con las muestras: “Hacemos la secuenciación para demostrar que el virus es de alta patogenicidad”. La infección afecta al cerebro y en muchos casos llega a ser mortal, pero lo que realmente preocupa es que no afecta a todos los animales de la misma manera.
Según han podido comprobar, hay “muchos casos de animales vivos asintomáticos, por ejemplo, muchos pingüinos que aparentemente estaban bien”. El auge del turismo antártico podría empeorar la situación y aumentar la propagación de la enfermedad. Cualquier persona que viaje a este punto del plantea "debe ser consciente de que el virus está circulando en los animales vivos y existe siempre un riesgo de trasmisión a turistas o investigadores”.
Además, hablamos de la cepa H5N1, una cepa altamente patogénica que tiene alto potencial pandémico: "Tiene muchas posibilidades de convertirse en la próxima pandemia”. Por el momento, la expedición financiada por la UNESPA pone sobre la mesa los puntos de la Antártida donde la gripe aviar está presente, un aviso para que el continente no se convierta en una puerta de entrada para el virus en los humanos.
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