Los principales errores que se cometen al vender una casa

Vender una casa puede convertirse en un complejo, largo y lento. Quizás puede ser una de las operaciones económicas más importantes que se puedan realizar. Muchos propietarios piensan en poner a la venta un inmueble con el objetivo de negociar y cerrar la operación por su cuenta, pero no suelen ser conscientes de que pueden cometer errores que pueden hacer que la transacción no finalice como se desea.

La mayoría de particulares suelen cometer los mismos errores al intentar vender su piso, haciendo que se ralentice la oportunidad de dar con compradores que estén interesados en comprar, y en consecuencia, que se pueda vender el inmueble.

No preparar la casa para la venta

Uno de los errores más comunes que se realizan es poner la casa a la venta sin haberla preparado adecuadamente. Cuando se va a comprar una casa, los compradores suelen basar su primera impresión en la apariencia general del inmueble, por tanto, si la casa parece descuidada, sucia o con desperfectos evidentes va a hacer que los posibles compradores se desanimen.

Para evitarlo lo que hay que hacer es realizar una limpieza profunda en toda la casa, considerar hacerle un lavado de cara pintando paredes o arreglando desperfectos que puedan verse mucho. Además, es muy importante que los compradores puedan imaginarse viviendo en esa casa, por lo que lo ideal es retirar los objetos personales.

Establecer un precio irreal

Este es otro error bastante importante. Cuando se fija un precio demasiado alto o demasiado bajo para lo que realmente vale la propiedad, puede haber dos consecuencias: por un lado, que los compradores no quieran ver la vivienda por verla excesivamente cara. Y por otro lado, el perjudicado sería el vendedor de la casa, ya que al ponerla con un precio demasiado bajo, se perdería dinero con la venta.

Para evitar esto se debe investigar el mercado local para poder conocer los precios de las casas que son similares a la que se quiere vender. Otra opción es contratar a un agente inmobiliario que pueda proporcionar un análisis comparativo de mercado y sobre todo, hay que ser realista sobre el valor de las características únicas de la propiedad que se va a vender para no infravalorar ni sobrevalorarla.

Ignorar la importancia de las fotografías profesionales

Cuando se pone una vivienda a la venta, la primera toma de contacto que tiene el comprador con la casa son las fotografías. Al utilizarse fotos de baja calidad o, directamente, no tener imágenes suficientes puede hacer que se vea reducido significativamente el interés en la propiedad.

Para evitarlo, se puede contratar a un fotógrafo profesional que esté especializado en inmuebles, otra opción es contar con una buena cámara o móvil y sobre todo, las fotos han de estar bien iluminadas, mostrando siempre los mejores ángulos y las mejores características que tiene la casa. Además, para hacer más atractiva la vivienda, se puede considerar grabar vídeos para mostrar todos los rincones de la casa.

No ser flexible con las visitas

Evidentemente, los compradores quieren ver la casa cuando a ellos les venga bien, no van a tener en cuenta las preferencias del vendedor. En caso de militar las visitas o ser inflexible con los horarios que puedan proponer los compradores puede hacer que éstos no quieran ver la casa.

En este caso, hay que permitir las visitas en una variedad de horarios, adaptando los del comprador y el vendedor. Incluyendo fines de semana que es cuando más tiempo se tiene para ver la vivienda. Cuando se vayan a realizar las visitas, hay que mantener la casa siempre lista para poder enseñarla, esto quiere decir que ha de estar limpia y ordenada en todo momento. Y por último, en caso de no poder adaptarse a los horarios de los compradores, se puede optar por contratar a un agente que la pueda enseñar.

No compartir problemas ocultos

Cuando se ocultan desperfectos o defectos importantes que pueda tener la propiedad, a la larga puede llevar a problemas legales graves posteriores a la venta. Muchos vendedores piensan que al no mencionar los desperfectos, se ahorran problemas, pero puede ser todo lo contrario.

Siempre hay que compartir aquellos desperfectos que tenga la casa y en caso de poder arreglarlos, se debe hacer antes de venderla, o en tal caso, se debe ajustar el precio sabiendo los problemas que puede tener la vivienda.

Subestimar los costes de la venta

Vender una casa no significa solo recibir dinero, hay diversos costes asociados a la venta de una vivienda que muchos vendedores pasan por encima, como pueden ser las comisiones que se llevan los agentes, impuestos o los gastos de cierre.

Para evitar esto se debe consultar con el agente inmobiliario que lleve la venta para que pueda informar de todos los costes asociados a la venta. También es aconsejable reservar una parte para poder cubrir estos gastos y evitar sorpresas desagradables al finalizar la venta.

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