Aceras destrozadas, semáforos apagados, oscuridad en las calles: los pueblos arrasados por la DANA siguen lejos de la normalidad

Casi cuatro meses después de la DANA la vida de los vecinos de las zonas afectadas por la riada sigue condicionada por sus problemas de movilidad. Según informa Paula Hernández en el vídeo, llegar a algunos sitios se ha convertido en un triunfo y no saben cuánto tiempo van a seguir así.

Se cumplen casi cuatro meses desde que el agua arrasara con todo, pero en los pueblos afectados por la DANA las cicatrices todavía son muy visibles. Una normalidad quebrada para muchas familias tras la riada. “Todavía estamos muy atrás”, dicen los vecinos.

Basta con caminar o darse un paseo por algunos de estos municipios para darse cuenta de que las aceras no están en las mejores condiciones o directamente no existen. En las calles todavía hay agujeros y socavones, lo que las convierte en una verdadera carrera de obstáculos para los vecinos. “Para ir caminando por las aceras tienes que ir saltando por las aceras”, se quejan.

Los peatones no son los únicos que tienen dificultades para transitar. Los conductores también sufren los desperfectos que aún no se han reparado. Decenas de semáforos siguen sin funcionar en calles y en grandes avenidas sigue suponiendo un peligro para la circulación. “Se ha impuesto la forma de circular a la antigua, por preferencias”, explica una vecina.

Los problemas se agravan cuando llega la noche. La luz es una lotería, a veces funciona y otras brilla por su ausencia. Los vecinos se sienten inseguros y tienen miedo al transitar en muchos casos con total oscuridad “porque sigue habiendo agujeros en la calle, ha llovido y con el barro se resbala la gente”.

Los vecinos de todas estas localidades afectadas por la DANA solo quieren sus pueblos de antes, sus vidas de antes y traer de vuelta todo lo que un día fueron.

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