Alumnos con síndrome de Down, entre los fogones: la iniciativa de un centro escolar por la inclusión laboral

Nueve jóvenes con síndrome de Down se forman en un colegio de educación especial de Madrid en gastronomía y hostelería. La inclusión laboral sigue siendo una asignatura pendiente en nuestra sociedad, aunque cada vez son más las personas con síndrome de Down que se introducen en el mercado de forma exitosa. Según informa Ana García Quesada en el video, el colegio María Corredentora forma en cocina a un grupo de alumnos para facilitar su inclusión laboral. 

Xisco y sus compañeros, entusiasmados, entran en cocina con sus delantales y gorros a punto. Encienden los fogones y se ponen manos a la obra “a cocinar y a aprender”. Un centro de educación especial de Madrid ha instaurado un curso de cocina para lanzar al mundo de la hostelería y gastronomía a jóvenes con síndrome de Down: “Quieren ser camareros, quieren ser cocineros, quieren participar en la sociedad, quieren tener un proyecto de vida”, comenta Patricia Giral, madre de una de las alumnas. 

Los alumnos del curso están respondiendo de forma óptima a las clases

El nuevo espacio de cocina se ha convertido en el sitio perfecto para cocinar oportunidades. Los alumnos han aprendido a preparar numerosas recetas: “Tortilla de parta, albóndigas”, “paella, lentejas”, platos típicos de nuestra gastronomía que además de enriquecer su paladar, enriquece su futuro

Los nueve compañeros acuden a las clases emocionados, según su profesor Isaac González: “Los veo muy enganchados a la cocina, muy por la labor, muy entregados y con muchísimas ganas de aprender”. Para muchos, la cocina se ha convertido en su vocación: “En casa siempre quiere ayudar y cuando le llevamos a un restaurante, se fija”, y para otros como Xisco, les viene desde niño: “Empecé cuando era pequeño y hasta ahora”. 

El curso dura dos años y los resultados están siendo excelentes: “Me voy a esforzar al máximo”. Los alumnos sueñan con un futuro en el que la inclusión no tenga que ser noticia del día y estén en igualdad de oportunidades. Según la ONCE, a pesar de que en nuestro país hay un total de 1.941.900 personas con discapacidad en edad laboral, la tasa de empleo es del 28’5%

La inclusión laboral, una asignatura pendiente en nuestra sociedad

Las personas con síndrome de Down con intención de incorporarse al mercado laboral poseen en frente una escasa oferta de empleo, además de tener que luchar diariamente contra estereotipos sociales sin apenas disponer de una formación adecuada por la falta de adaptación en diversos centros escolares. La falta de formación es uno de los principales motivos de descarte en los procesos de selección.

Según la fundación, una vez consiguen incorporarse a un puesto de trabajo, la lucha no acaba. Las personas con síndrome de Down suelen tener problemas de comunicación con los compañeros del trabajo. La mayoría de las empresas tampoco tiene la base adecuada para facilitar su inclusión y adaptación al trabajo, por lo que suele desembocar en un sentimiento de frustración constante y de falta de apoyo. 

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