La cobertura de conexión a internet en las zonas rurales de España ha experimentado una evolución más que notable en los últimos años, aunque sigue habiendo ciertos problemas que limitan el acceso universal y equitativo a la red de redes. La brecha digital entre áreas urbanas y rurales ha sido, y es, una preocupación contemporánea, por lo que existen diversas iniciativas públicas y privadas buscan mitigar estas diferencias.
Según datos recientes, el acceso a internet de alta velocidad en zonas rurales ha mejorado notablemente, alcanzando una cobertura del 63% en 2024, lo que representa un incremento de 13 puntos porcentuales respecto al año anterior. Este progreso se atribuye a la implementación de nuevas tecnologías y a la inversión en infraestructuras de telecomunicaciones.
Existen distintas tecnologías que permiten establecer una conexión a internet de alta velocidad en zonas rurales y alejadas de los núcleos urbanos:
El gobierno español, a través del programa UNICO-Demanda Rural, ha impulsado proyectos buscando conseguir que toda la población tenga acceso a una conexión de al menos 100 Mbps para 2025. Este programa ha adjudicado ayudas a operadores como Hispasat para desplegar servicios de internet por satélite en zonas rurales.
Además, también existen empresas privadas y startups en pleno desarrollo de soluciones para mejorar la conectividad en el medio rural. Por ejemplo, la plataforma Rooral conecta a teletrabajadores con pueblos rurales, promoviendo la digitalización y el desarrollo económico local.
A pesar de los avances, todavía queda camino que recorrer. Y es que, aunque la cobertura ha mejorado, aún existen áreas sin acceso a internet de alta velocidad, lo que limita las oportunidades educativas, laborales y sociales de sus habitantes. En estos casos otro de los problemas presentes suele ser que el despliegue de infraestructuras implica una inversión demasiado elevada, lo que desincentiva a los operadores tradicionales. Esto sin olvidarnos que la población rural, en muchos casos, carece de habilidades digitales, lo que limita el pleno aprovechamiento de este tipo de tecnología.
En diversas regiones de España, se han implementado proyectos exitosos de conectividad rural. Por ejemplo, en el Bajo Tiétar, a pesar de los desafíos y problemas con la banda ancha, la comunidad ha tomado acciones para mejorar el acceso a internet, demostrando la importancia de la conectividad para el desarrollo local.
Por todo esto que hemos visto, queda claro que el objetivo de alcanzar una cobertura de internet de alta velocidad en todo el territorio español para 2025 es ambicioso, pero los avances tecnológicos y las inversiones existentes nos hacen pensar que podría ser alcanzable. La combinación de esfuerzos públicos y privados será clave para cerrar la brecha digital y garantizar que los habitantes de las zonas rurales disfruten de las mismas oportunidades que los de las áreas urbanas.